Córdoba inicia el año hidrológico el próximo domingo, 1 de octubre, atenazada por la sequía. Según la información recabada ayer en el Servicio Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), los pantanos cordobeses se encuentran al 28,83% de su capacidad, con unas reservas de poco más de 983 hectómetros cúbicos sobre los 3.411 de capacidad de la provincia. Se trata del porcentaje más bajo, al menos, desde octubre de 2013, última anualidad de la que ofrece información la base de datos del SAIH.

Pese a estos niveles, el delegado provincial de la CHG, Pedro Escribano, llamó ayer a la calma y concretó que sólo el sistema de abastecimiento de Sierra Boyera, en el norte de la provincia, se encuentra en situación de prealerta. Lo que ocurra el próximo verano, no obstante, dependerá de las precipitaciones del otoño y de la primavera. "Con un año pluviométrico normal, el abastecimiento está garantizado sin que se produzcan restricciones", dijo Escribano, quien insistió en que con los datos que hay sobre la mesa "no se debe ser alarmistas".

La CHG llama a la calma y asegura que el consumo doméstico está garantizado

No corre la misma suerte el agua reservada para riego en la demarcación de Córdoba, un sistema que sí se encuentra ya en situación de prelaerta debido a que "ya se han agotado" las reservas establecidas para uso agrícola, dijo Escribano.

La CHG tiene cuatro indicadores para determinar la situación de sequía, según las reservas con las que cuenten los embalses. Así, la primera de ellas es la de normalidad, cuando no hay ningún peligro y los pantanos cuentan con un elevado porcentaje de agua recogida tanto para el abastecimiento como para el riego. El segundo indicador es el de prealerta. Se trata de una escala que viene determinada cuando las reservas no son suficientes para atender dos temporadas.

La situación de alerta es el tercer estado determinado por la CHG en sus informes de sequía. Esto significa que no se puede llegar a cubrir el 100% de la demanda de dos años para consumo, mientras que para el riego sólo puede cubrir el 60% de la campaña de un año y del 80% de otra. E de emergencia es el último estado determinado por la CHG en caso de sequía. Un pantano alcanza esta categoría cuando no puede garantizar el agua por completo durante un año, mientras que en un embalse de riego la cobertura cae hasta el 60% en el mismo plazo de un año.

A 1 de octubre, fecha de inicio del año hidrológico, los embalses de la provincia se encuentran al 28,83% de su capacidad, lo que significa que acumulan 983 hectómetros cúbicos de líquido. Hace justo un año, el nivel era del 46,37%, lo que quiere decir que la provincia ha perdido 600 hectómetros cúbicos debido a la sequía. Este nivel nada tiene que ver con los niveles óptimos registrados en 2013, según consta en el SAIH. Entonces, los embalses de la provincia de Córdoba se encontraban al 84,06% de su capacidad, mientras que un año atrás se situaban al 94,45%, según los datos de la CHG.

El agua que contienen las presas cordobesas se encuentra, no obstante, en la media de la cuenca, donde los pantanos se hallan al 32,80% de su capacidad. Por encima de la media están Huelva, al 70% -su capacidad absoluta, sin embargo, es la menor de toda Andalucía, con sólo 304 hectómetros cúbicos-, y Sevilla, al 50% y con 473 hectómetros cúbicos acumulados. En la misma situación que Córdoba se encuentra Jaén, aunque en este caso las reservas suman 613 hectómetros cúbicos, 300 menos que Córdoba.

Si se tienen en cuenta las cifras absolutas, sin embargo, Córdoba es la provincia que cuenta con más agua embalsada para afrontar el nuevo año hidrológico, ya que es también la que dispone de los pantanos de mayor capacidad. Así, sus 983 hectómetros cúbicos equivalen al 37% de toda el agua embalsada de la que dispone ahora mismo la cuenca. Tras Córdoba, se sitúan Jaén, Sevilla -473-, Granada -314-, Huelva -213- y Ciudad Real -44 hectómetros-.