La central térmica de Puente Nuevo cerró ayer por ocho meses para adaptarse a la ley ambiental y reducir la emisión de gases a los niveles que marca la legislación. Así lo informó el secretario general de la sección sindical de UGT en Puente Nuevo, Manuel Cano, quien estimó que los equipos estarán funcionando en agosto.

Según la resolución de 23 de octubre de 2006 de la Secretaría General para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático, el objetivo del proyecto, promovido por la empresa gestora de la central térmica, Viesgo Generación SL, es la ambientalización de la central térmica mediante la instalación de una planta de desulfuración de gases de combustión, la sustitución de los quemadores actuales de la caldera por quemadores de baja formación de NOx, la rehabilitación del precipitador electrostático y la adaptación de las instalaciones para la futura implantación de un sistema de nitrificación, con el fin de reducir las emisiones atmosféricas de la central térmica y con ello adaptarse al cumplimiento del Plan Nacional de Reducción de Emisiones de Grandes Instalaciones de Combustión, de noviembre de 2005.

Los residuos que produce la central son mayoritariamente no peligrosos, cenizas y escorias procedentes de la combustión del carbón y cuya generación depende del tipo de combustible utilizado y de las horas de funcionamiento de la central. Casi todas estas cenizas y escorias son comercializadas y las que no pueden revalorizarse se depositan en la escombrera de la central. Tras el proceso de ambientalización, además de producir cenizas y escorias como residuos, se obtendrá yeso hidratado como consecuencia del proceso de desulfuración. Se estima una producción máxima de 3,5 kilos de yeso por kilos de SO₂ eliminado. Se trata de un material catalogado en la Lista Europea de Residuos como no peligroso. Dadas sus características, se estima posible que se comercialice en su mayor parte.