los pedroches

Lunes de hornazos, soldados y mozas

  • Las jóvenes de Villanueva del Duque honran a la Virgen de Guía y en Pedroche reviven la Función de los Quintos en recuerdo al amor de Clarita a Manolete el Molinero

Celebración en la ermita de Piedrasantas, en Pedroche.

Celebración en la ermita de Piedrasantas, en Pedroche. / reportaje gráfico: sánchez ruiz

Finalizó la Semana Santa y atrás quedaron las marchas procesionales, el perfume del incienso y el tintineo de los pasos de palio, aunque hay municipios a los que les cuesta dar un adiós definitivo a esta tradición. Ocurre, sobre todo, en el Norte de la provincia, donde un puñado de municipios de Los Pedroches se volcaron ayer con los festejos del lunes de Pascua, que en la comarca se vive de forma muy diversa.

Una de las tradiciones más peculiares tiene lugar en el municipio de Villanueva del Duque, donde tiene lugar la llamada fiesta de las Mozas: tres jóvenes solteras y mayores de 14 años se convierten durante dos días en protagonistas absolutas entre el vecindario. Estas mozas son la hermana mayor de la Virgen de Guía, a la que acompañan la saliente y entrante en el cargo en una especie de corporación a la que solamente tienen derecho a pertenecer mujeres. Su origen está en la promesa que las familias realizaban a la Virgen de Guía cuando un familiar había padecido alguna enfermedad o accidente grave.

El Viso festeja romería en Vallehermoso y en Añora la celebración se traslada a San Martín

Los festejos de esta tradición comienzan en la tarde del domingo cuando el Resucitado es trasladado hasta la ermita, aunque la celebración más importante aconteció ayer, cuando la tranquilidad de la localidad se rompió de mañana con el repicar de las campanas de San Mateo, y el olor a pólvora de cohetes y disparos de escopeta anunciaron la procesión de la Virgen de Guía. En los tres años que sirven a la patrona, las mozas no pueden contraer matrimonio.

Las tradiciones religiosas y civiles se funden en la comarca. En Pedroche también hubo fiesta, en concreto, la llamada Función de los Soldados o los Quintos en la ermita de Piedrasantas, una costumbre que pervive pese a la desaparición del servicio militar. La fiesta rememora a Clarilla, enamorada de su novio Manuel Pastor Regalón, Manolete el Molinero, que prometió a la Virgen que si éste volvía de la Guerra de Marruecos le ofrecería una misa. Cuando éste volvió, la dueña de la casa donde trabajaba Isabel Clara, Francisca Gallardo, costeó la eucaristía, que en realidad se celebró en la capilla de la Soledad de la parroquia del Salvador. Pero, por la tarde, marcharon todos los soldados licenciados al santuario junto a Manuel. Uno de ellos, Mariano el de las Merinas, amenizó la velada tocando una corneta.

Ocurrió en el año 1917. Desde entonces, los soldados licenciados -cuando se hacía el servicio militar obligatorio- o los que lo serían -ahora que no hay- se congregan en el pequeño templo para, según la tradición, darle gracias a la patrona porque todo haya ido bien. Sólo hubo un paréntesis sin fiesta: desde 1937 hasta 1940 con motivo de la Guerra Civil. Hoy en día, aunque el fin no es el mismo, se mantiene la fiesta, con el añadido de que ahora también participan de ella las mujeres.

Mientras tanto, El Viso festejó la romería de Vallehermoso, que incluyó una eucaristía y la degustación del tradicional hornazo, elaborado a base de masa de pan, azúcar y un huevo cocido en medio. Este tradicional encuentro tiene lugar en el parque forestal Huerta de Los Frailes, situado a unos siete kilómetros de la localidad. Y, en Alcaracejos, el pozo de la Benita fue el lugar elegido para la fiesta, mientras que en Añora los vecinos se desplazaron hasta el parque de San Martín para este día de los hornazos.

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