Subbética

El último recorrido por la Feria de Lucena de un compañero "ejemplar"

  • Los feriantes rinden tributo póstumo a Andrés Pérez 

El coche fúnebre con el cuerpo sin vida de Andrés Pérez por la Feria de la Primavera de Lucena.

El coche fúnebre con el cuerpo sin vida de Andrés Pérez por la Feria de la Primavera de Lucena. / El Día

Histórica, con repercusión nacional y símbolo modélico de unión entre el gremio la Feria de la Primavera de Lucena. Y no sólo por la capital reactivación de un sector recluido desde octubre del 2019. También por el tributo póstumo brindado a un compañero “ejemplar”. El restablecimiento del Recinto Ferial de Lucena, en este mes de abril, ha posibilitado cumplir la voluntad deseada por Andrés Pérez desde que se convenció de un final irreversible. Transitar, después de su muerte, entre las atracciones, los puestos y la iluminación de sus amigos inseparables de este mundo de sacrificio y diversión.

Un primer infarto sacudió el pasado mes de febrero la salud de Andrés Pérez y nunca consiguió una recuperación óptima. A los 67 años ha fallecido y, antes de su despedida definitiva, a primera hora de este domingo, ha recorrido en el coche fúnebre las calles de la Feria de la Primavera entre el silencio de consternación de decenas de trabajadores que han convivido multitud de años con él y las luces que alumbraron su existencia desde que nació.

Miembro de la extensa estirpe de Los Fandangos, conocidos en el conjunto del país, a este feriante, plenamente “querido” entre la comunidad de la feria, lo apodaban El Chulo. Temporada a temporada, ha viajado por las distintas provincias de España transportando, instalando y desmontando su pista de coches de choque, su modo de entender la vida.

Su familia más íntima ha transmitido, a través de las redes sociales de la Asociación de Empresarios Feriantes de Córdoba que Andrés “se ha ido muy satisfecho” después de “su último paseo por la feria como era su deseo”.

Los feriantes relatan que la inacabable coyuntura de inactividad generan un “sufrimiento” profundísimo porque aquejan “el ninguneo y el olvido”. Inciden en que soportan “una presión inimaginable” porque perdura una tesitura “muy dolorosa e indignante”.

Mientras lloran el deceso de Andrés Pérez, advierten de que “podría haber fallecido cualquiera de nosotros” y lo consideran una víctima mortal colateral de la crisis económica y social provocada por la pandemia.

“Ha querido volver adonde siempre ha sido feliz”, es la frase que se impone como epitafio de la biografía de Andrés Pérez. Sus inseparables parientes, allegados e integrantes de un grupo humano interminable reclaman que “esta situación tiene que cambiar” y lamentan que Andrés ha perdido la vida “de la manera más injusta”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios