Afrontan la crisis económica inmersos en un plan andaluz de ahorro de agua y energía puesto en marcha en octubre del pasado año y conocido como Hogares Verdes, del que ya han cumplido algunos objetivos. Se trata de 15 familias de Aguilar de la Frontera, el único municipio cordobés en el que se lleva a cabo este programa junto a los de Villacarrillo (Jaén), Cazalla de la Sierra (Sevilla), Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Mijas (Málaga), Loja (Granada), Almonte (Huelva) y Roquetas de Mar (Almería). "Estoy convencido de que el mundo que van a heredar nuestros hijos es el que nosotros estamos propiciando, por ello fundamentalmente me sumé a este programa", indicó José Miguel de la Rosa, integrante de una de esas 15 familias.

Tras la experiencia de los meses de puesta en práctica del plan, "aunque en el caso de mi familia ya veníamos realizando ese tipo de ahorro", De la Rosa insiste en que "se debería tocar la fibra económica de los ciudadanos para que este plan funcione de verdad y se vayan sumando hogares a él". El profesor de profesión está convencido de que la mejor manera de sumar más familias que reciclen y tomen medidas para ahorrar, entre otras cosas, luz y agua, "es, como hacen en otros países, que esas acciones se vean reflejadas en el recibo de la basura o de la compañía eléctrica con una pequeña rebaja como bonificación; si no es así va a ser difícil.

Y es que, según fuentes de la Delegación Provincial de Innovación, el objetivo principal del programa es el es implicar a la población andaluza, a través de actividades en los hogares y con quienes forman parte de ellos, "en una planificación y gestión de los gastos orientada a disminuir la contaminación ambiental y a mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestros hijos". Este programa de sensibilización ambiental pretende concienciar a la ciudadanía de que las decisiones que cada día tomamos en nuestro hogar influyen en el planeta. Las mismas fuentes sostienen que las 15 familias cordobesas han demostrado en los últimos tres meses su compromiso mediombiental al incorporar a sus vidas cotidianas hábitos como evitar el stand by de los electrodomésticos o un uso racional del lavaplatos y lavavajillas, entre otras acciones. Esas familias participaron en el mes de marzo en una jornada de formación en la que se les explicó el objetivo del programa, recibieron un kit de motivación al ahorro y se plantearon un decálogo con diez acciones a llevar a cabo en su vida diaria para conseguir un ahorro de los recursos. Los hogares han cambiado total o parcialmente las bombillas convencionales por bombillas de bajo consumo y se plantean que han de mantener el uso de las mismas. "Asimismo, en caso de tener que cambiar electrodomésticos, lo sustituirán por la compra de aparatos de clase A", resaltaron desde la Junta. Para el ahorro de agua, por ejemplo, han introducido en las cisternas un sistema de botellas llenas con el que no se desperdicia el agua fría que sale del grifo antes de la ducha. Además, tienen en el cuarto de baño un cubo con el que recogen el agua que sale mientras esta se calienta, la cual usan para fregar o regar, mantienen un uso racional de la lavadora y lavavajillas que no implica malgasto de energía y agua (carga completa, programas cortos y agua fría) y conservan el frigorífico a una temperatura más que constante. Otra de las actividades que siguen a rajatabla es el reciclado de los residuos.

"El problema que a veces surge también para que la gente se convenza de esta forma de vida es que algunas prácticas de ahorro, como la colocación, por ejemplo, de paneles solares en las viviendas son aún muy costosas", sentenció José Miguel de la Rosa.