Baena

Emocionante cita con El Nazareno

  • El patrón visita a la Virgen de Guadalupe en su salida extraordinaria en rogativa de lluvia, en la que estuvo acompañado por miles de personas

Apenas pasaban unos minutos de las 12:30 cuando Nuestro Padre Jesús Nazareno de Baena llegaba, casi en volandas, hasta la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Miles de baenenses quisieron acompañarlo, arroparlo y participar junto a Él en esta salida extraordinaria en rogativa de lluvia en la que visitó a su Madre, la Virgen de Guadalupe, con motivo del 400 aniversario de su traslación al lugar que hoy ocupa.

A lo largo de toda la jornada de ayer se vivieron momentos de gran emotividad ante la celebración de un acto que muchos no volverían a ver. Especialmente emocionante fue la aparición de El Nazareno por el paseo de Guadalupe al ritmo de las marchas de su centuria romana, vitoreado, aplaudido y provocando un sentido llanto entre todos los que ilusionados y expectantes lo esperaban.

Y Jesús entró por el dintel de la iglesia bajo una lluvia de pétalos de rosas y, sin descanso, se encaminó hacia la capilla de la Virgen de Guadalupe para visitarla, saludarla y pasar con Ella una inolvidable jornada que desde ayer permanecerá inalterable en la retina de los baenenses, volcados como siempre con su patrón.

A continuación, El Nazareno ocupó el altar mayor en una instantánea igualmente irrepetible, ante el retablo barroco de esta bella iglesia que alberga la venerada imagen de la patrona, la Virgen de Guadalupe. Tras la eucaristía, de nuevo a la capilla, donde Jesús bendijo a su Madre y donde permaneció hasta la hora de la salida de la procesión para su regreso al templo de San Francisco.

Y precisamente en la puerta de la iglesia, Jesús volvió a bendecir a su pueblo y a sus campos, pidiendo la lluvia, bajo el silencio sepulcral de las miles de personas que lo miraban embelesadas. Y tras este acto, los aplausos y vítores lo envolvieron todo y las calles lucieron, como ya lo hicieran por la mañana, un lleno absoluto.

La jornada de ayer fue especial, emotiva e irrepetible. El Nazareno no visitaba la iglesia de Guadalupe desde tiempos de la Guerra Civil y, es más, ésta ha sido la tercera vez en la historia que la imagen ha realizado una salida extraordinaria, existiendo sólo dos precedentes documentados, una en el año 1975 por rogativa de lluvia y otra en 1982 a petición del Obispado por las misiones.

El día de ayer estuvo cargado de momentos únicos nunca vistos por la mayoría de los baenenses. El Nazareno salió desde la iglesia de San Francisco y desde allí ascendió, tras pasar por la puerta de la iglesia de San Bartolomé, hasta Santa María, realizando el antiguo recorrido que la cofradía hacía antaño subiendo a la Almedina de Baena.

A pesar del fervor y la gran devoción que la imagen de El Nazareno despierta siempre en esta localidad, la entrega de los vecinos fue ayer algo que resultó sorprendente incluso para los mayores. Baena entera se echó a la calle, se conmovió, se emocionó y fue partícipe del reencuentro de Jesús con su Madre.

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