El cofrade David Mudarra será el encargado de pronunciar el III Pregón al Costalero, Hermano de Andas, Varal y Palio, organizado por tercera vez en la localidad de Baena por la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, Santo Cristo del Calvario y Soledad de María Santísima.

Con motivo de su presentación, Mudarra puso de manifiesto el “orgullo y responsabilidad” que supone pregonar al hermano de andas ya que en su opinión “ser costalero es saber lo que significa el esfuerzo y el sacrificio” y se encomendó a la Virgen de las Angustias para poder estar a la altura de tan importante reto.

Este acto coincidió además con una conferencia a cargo del restaurador José Daniel Henares, acerca del proceso de restauración que recientemente se ha realizado sobre la imagen primitiva de la Hermandad de la Virgen de las Angustias. Henares destacó “lo complejo” de esta restauración ya que, tras el incendio sufrido por la imagen en la guerra civil, tan solo se ha conservado lo que es la careta.

El restaurador indicó que la talla presenta signos evidentes de que las llamas acabaron casi al completo con esta imagen del siglo XVII y apuntó a que posee diferentes rasgos que podrían constatar su pertenencia al taller de Pedro de Mena, si no al maestro, a alguno de sus hijos o discípulos.

De igual forma, en el transcurso de este evento, se llevó a cabo la presentación del cartel del Centenario de esta hermandad, que ha estado realizado por el pintor baenense Ramón Torres Piernagorda. El autor destacó que “el cartel está lleno de símbolos” y especificó que “es un cartel de formato alargado e impreso en tinta, dejando atrás el uso del óleo al que estamos acostumbrados”.

La Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias se constituyó en 1922 en la parroquia de San Bartolomé de Baena y se integra dentro de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, Santo Cristo del Calvario y Soledad de María Santísima de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, para dar culto a la imagen de la Virgen las Angustias.

El 22 de julio de 1936, recién iniciada la guerra civil, la iglesia de San Bartolomé fue víctima de un terrible incendio que acabó con todo lo que en ella había. La imagen de la Virgen de las Angustias no fue una excepción y las llamas acabaron con el Cristo yacente que portaba en su regazo, con su cuerpo y con sus manos.