Provincia

Baco vuelve a su cita en Montilla

  • La ciudad cordobesa del vino se prepara para vivir una fiesta con mucha historia, la de la vendimia, que tendrá su punto álgido durante el próximo fin de semana

El dios Baco vuelve por estas fechas a visitar la tierra vitivinícola cordobesa. No puede faltar a su cita anual con la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, un evento que cuentan las crónicas que tiene su origen en la Feria Real de Belén y es la más antigua de las que se celebran en una ciudad que tiene entre sus personajes más ilustres al Inca Garcilaso. Esas crónicas también detallan que fue concedida en virtud de una instancia dirigida al Consejo Real por Fermín Antonio Lumbreras en nombre de Francisco Rioboó y del procurador general montillano José Matías de Luque. Luego, en 1816, el Rey Fernando VII autorizó la celebración de la feria durante los tres primeros días de septiembre.

La Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles fue declarada De Interés Turístico Nacional el 10 de diciembre de 1974, tras la celebración de 16 ediciones. En el expediente relacionado con la declaración de Interés Turístico de la Fiesta, que se inició el 10 de febrero de 1972, se establecía que "el día 13 de noviembre de 1955, un grupo de obreros, empleados y patronos del gremio vitivinícola montillano, se reunieron para fundar la Hermandad que bajo el título y patrocinio de Nuestra Señora de Las Viñas, había de agrupar a todos los que de alguna manera están vinculado a la principal riqueza del pueblo".

En aquella época ya se celebraban muchas de las actividades que aún permanecen en el programa de festejos, algunas de las cuales iniciaban entonces su andadura. Entre ellos destacó la segunda edición de la Cata Flamenca, que contó con las actuaciones de Antonio Mairena, Fosforito, José Menese, El Lebrijano, Camarón de la Isla, Enrique Morente, Paco de Lucía, Melchor de Marchena y Los Bolecos. Entre los pregoneros que ha tenido la Fiesta de la Vendimia a lo largo de toda su historia, hay que destacar al escritor José María Pemán en 1958, y a periodistas de la talla de Emilio Romero o Matías Prats.

Desde hace varias décadas, los actos institucionales se mezclan con las actividades festivas. Así, cada año, el comité organizador designa un capataz de honor que recibe las llaves y el cargo para, durante un año, erigirse en custodio y defensor de los vinos de la zona. El acto tiene lugar el primer domingo de septiembre, al mediodía, en la casa en la que residiera durante 30 años el Inca Garcilaso de la Vega, considerado uno de los más grandes cronistas de América y uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico. Durante el transcurso del mismo, el recién investido capataz debe dar lectura a un ripio ideado por el escritor montillano José Cobos, que dice así: Flamante capataz que me relevas, cofrade de fatigas y alegrías, colega de trabajos y de días. La llave del tesoro que te llevas, celosa guardarás durante un año, con dignidad, sin trampa y sin engaño. Por la noche, en el popular barrio de El Gran Capitán, se celebra la pisa de la uva, en la que se extrae el mosto a la antigua usanza, y se ofrece a la Virgen de Las Viñas.

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