Armas, productos ibéricos, moda, turismo activo, aventuras y solidaridad. Todo esto y mucho más se reúne en el Palacio de la Merced, sede de la Diputación de Córdoba, hasta el domingo con motivo de Intercaza, una cita que cumple 21 otoños convertida en "la feria" por antonomasia del sector cinegético de Andalucía, como la definió ayer el presidente de la institución provincial, Antonio Ruiz. Los productos ibéricos y los quesos de autor conviven durante cuatro días bajo el mismo techo junto a las últimas ofertas de ocio activo, las próximas monterías y la oferta turística de municipios como Hornachuelos o Cardeña, que tienen en la cinegética un sustento esencial.

Precisamente, la alcaldesa cardeñosa, Catalina Barragán (IU), estuvo junto a varios miembros de su corporación en el acto inaugural y más tarde animó desde el expositor de su municipio a asistir a la próxima Feria del Lechón, un clásico de la gastronomía de Los Pedroches que tendrá lugar del 20 al 22 de octubre.

De esta comarca, líder en la producción de cerdo ibérico de la máxima calidad, nunca faltan expositores en Intercaza. Como el que regenta José Gabriel Moreno, de Ibéricos Carrasco, una firma de Hinojosa del Duque que hace ocho años dio el paso de abrir una página web -megustaeljamon.com- para distribuir a todo el mundo la carne made in Los Pedroches. "Fuimos pioneros en la venta por internet de este tipo de productos", recordaba ayer Moreno tras un mostrador repleto de embutidos ibéricos y productos derivados del cerdo.

A unos metros, Cuchillería de Albacete exhibe un surtido inabarcable de las hojas de metal que han hecho célebre a esta provincia manchega. La elaboración tradicional de este utensilio acaba de ser protegida como Bien de Interés Cultural (BIC), como ayer explicaba el responsable de la empresa, Eladio Gómez: "La clave es el acero forjado a mano para conseguir la máxima calidad. Tienen reputación en todo el mundo". La empresa decana del sector es Arcos, fundada en 1745 y cuya imagen es desde hace años el futbolista Andrés Iniesta. "Con estos cuchillos se puede hacer de todo, desde desollar un animal hasta abrir un bocadillo", explica.

En el Patio Blanco, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil muestra todo un surtido de artes de caza ilegales requisadas en los últimos años. El agente del puesto de Montoro Javier Fernández explica que estas prácticas, prohibidas, incluyen utensilios rudimentarios como las costillas para atrapar pájaros o los lazos para jabalíes, aunque también medios más sofisticados como los reclamos eléctricos. Hay zonas calientes donde las incautaciones son más frecuentes, como Adamuz, indica el agente. De allí procede un reclamo eléctrico intervenido para atrapar pájaros sin control, mayoritariamente zorzales. Se trata de una especie cinegética, aunque suele atraparse por estos medios durante los periodos migratorios, cuando su caza está prohibida. "Detrás hay dinero, aunque afortunadamente es una práctica minoritaria", indica.

También hay espacio este año en Intercaza para la solidaridad. Con sólo 23 años, Samuel Rojano, un aficionado a la caza de Hornachuelos, sufrió un accidente de tráfico el pasado 25 de febrero que le costó la amputación de una pierna. Desde un expositor cuenta su vivencia y, respaldado por la familia, aspira a recaudar los 75.000 euros que cuesta la prótesis articulada que le ayudaría a llevar una vida normalizada para un joven de su edad y que le permitiría, por ejemplo, volver a cazar. El pasado agosto iniciaron una venta de camisetas para lograr este objetivo y ya van por 700 apoyos, dice su hermana, Ángeles Rojano, quien anima también a asistir a un concierto por la misma causa que mañana sábado tiene lugar en Hornachuelos. "Todos por una causa, la unión hace la fuerza", es el lema impreso en la prenda, en la que puede verse la silueta de un cazador.