Tribuna

Mónica Viqueira

Área de RRII e Incidencia Política de Educo

La violencia contra la infancia

Múltiples son las trabas con las que nos encontramos para reflejar con rigurosidad el coste real de toda esa violencia que no vemos y que está sufriendo nuestra infancia

La violencia contra la infancia La violencia contra la infancia

La violencia contra la infancia / rosell

No existen cifras oficiales que reflejen con exactitud el número de niñas, niños y adolescentes que padecen violencia. Sin embargo, las estimaciones globales hablan de que 1 de cada 2 niños en el mundo experimenta algún tipo de violencia antes de cumplir los 8 años. Parece evidente que conocer el alcance de ésta es imprescindible para tomar las medidas necesarias para prevenirla y reducirla lo máximo posible.

La Alianza para Erradicar la Violencia contra la Infancia sostiene que sólo entre un 11 y un 15% de las violencias hacia niñas y niños se denuncia. El bajo número de denuncias realizadas indica, entre otras cosas, cuán instaurada está la cultura del silencio en nuestra sociedad. Silencio provocado, entre otras cosas, por la escasez de herramientas con las que cuenta la infancia para prevenir, detectar y denunciar las posibles situaciones de violencia a las que puede estar expuesta.

Queda aún mucho que avanzar como sociedad para entender y asumir nuestra responsabilidad en la protección de las niñas y niños. Es necesario romper con la idea preconcebida de que la infancia es responsabilidad única de sus madres, padres o tutores para asimilar que toda la ciudadanía tiene la obligación de protegerla.

El informe Los costes de la violencia contra la infancia. Impacto económico y social, realizado por Educo y la Cátedra Santander de Derecho y Menores. trata de arrojar luz a lo que, tanto a nivel social como económico, suponen las agresiones a niñas, niños y adolescentes.

Un niño expuesto a violencia a lo largo de su infancia puede llegar a padecer distintas secuelas que marcarán su vida para siempre. No todos experimentarán las mismas consecuencias, pero sí serán más susceptibles de ver dañada su salud física, su salud psicológica e, incluso, su comportamiento a nivel social o su desarrollo cognitivo.

Además, estas consecuencias tienen un impacto económico en el país que se traduce en incremento del gasto público (mayor gasto sanitario, educativo, judicial o en servicios sociales) y pérdida de valor social (menor desarrollo, reducción de la productividad, reducción del crecimiento, pobre inserción laboral,…)

Desde Educo y Cátedra Santander planteamos en este informe un acercamiento al coste que esto supone. Y lo hemos hecho centrándonos únicamente en un tipo de violencia, la violencia sexual, y desde un abordaje conservador. El punto de partida es la cifra aportada por el Anuario de la Criminalidad que registra que 3.919 niñas, niños y adolescentes denunciaron ser víctimas de violencia sexual a lo largo del año 2015. Este escenario escogido es conservador ya que, según la campaña 1 de cada 5 del Consejo de Europa, uno de cada cinco niños sufre violencia sexual durante su infancia. En base a esto, podemos estimar que en España el número de niñas y niños víctimas de violencia sexual debería ascender a unos 97.415. Por lo tanto, como en un iceberg, sólo vemos una pequeña parte mientras que el resto queda oculto, sumergido.

Visitas a urgencias, Atención Primaria, intervenciones de servicios sociales, investigación policial, proceso judicial, sistema de protección, repetición escolar o necesidades especiales son sólo algunos de los costes que pueden provocar las situaciones de violencia sexual contra la infancia.

Múltiples son las trabas con las que nos encontramos para reflejar con rigurosidad el coste real de toda esa violencia que no vemos y que está sufriendo nuestra infancia. A pesar de esta falta de información relativa a muchos de los costes asociados, el informe hace una aproximación, a la baja, del gasto que le supone al Estado: 979 millones de euros al año.

Ante estos datos, es necesaria una mayor voluntad política que proporcione a la infancia, a la sociedad y a las administraciones más y mejores herramientas para la correcta cuantificación de la violencia hacia la infancia. Un óptimo conocimiento de su alcance permitiría adecuar la inversión en prevención para evitar la violencia sexual hacia niñas y niños.

En este informe se recogen una serie de recomendaciones que articuladas en una Ley Integral frente a la Violencia contra la Infancia y Adolescencia nos va a posibilitar tomar las medidas necesarias para conocer la magnitud real de esta problemática y, en consecuencia, dar respuesta a ella. Si no actuamos, la violencia continuará y la infancia se merece el mayor de los esfuerzos para su efectiva protección.

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