Tribuna

Salvador Gutiérrez Solís

@gutisolis

V de Vacuna, y de Vida

Son ya demasiados los días, los meses, que llevamos conviviendo con la enfermedad como para no celebrar una luz al final de túnel

V de Vacuna, y de Vida V de Vacuna, y de Vida

V de Vacuna, y de Vida

Siento defraudar a los negacionistas y a las conspiranóicos, tal y como los denomina mi buen amigo Felipe Benítez Reyes, pero es que me han administrado la primera dosis de la vacuna contra el covid19 y lo cierto es que todavía no tengo hilo directo con Bill Gates, yo creía que iba a ser inminente, como tampoco ha aumentado la cobertura de mi móvil, lo del 5G menudo bulo, ni percibo ningún poder extraordinario. Bueno, sí, uno, el más preciado, el de la vida. Y el del optimismo. Porque yo, al menos es lo que he sentido, una bocanada de optimismo, y mucha emoción, mucha, tanta que me fue imposible contener las lágrimas, lo reconozco. Conseguí la cita el martes, para el miércoles por la tarde en el Estadio Olímpico de la Cartuja. Y la verdad que cuando llegue la primera impresión no fue nada halagüeña, ya que lo primero que contemplé fueron las grúas y los camiones de los operarios que están trabajando a destajo para adecuar el recinto para próxima Eurocopa de fútbol, y de la que Sevilla es sede, recientemente designada. Una vez localizado el espacio habilitado para la vacunación, junto al hotel, volví a temer lo peor, ante la larguísima cola, a pleno sol, en el exterior del estadio. Pero apenas tuvimos que esperar unos minutos, enseguida pasamos al interior del recinto, donde en todo momento hay personas que te indican dónde colocarte y cuándo avanzar. En la cola, se produce ese momento inevitable en todos los momentos trascendentales de la vida: como en la antigua mili, como en la luna de miel o como en el primer día de trabajo, no sé si por temor ante lo desconocido, o por la magnitud de los acontecimientos, conoces a alguien que siempre recordarás, aunque no lo vuelvas a ver nunca. Ese alguien que, sin saber por qué, hablas como si conocieras de años, y tratas con familiaridad, con compañerismo, porque en esos momentos somos colegas y estamos en lo mismo.

Ya instalados en la cola, hay un momento coquetería, comparación, no sé cómo llamarlo, y casi generalizado. Y es que tengamos en cuenta que la mayoría de quienes nos rodean tienen una edad similar a la nuestra y, claro, es inevitable miradas, pensamientos, del tipo: pues yo estoy hecho un chaval al lado de aquel, menudas ojeras tiene aquella, o ese de allí parece un niño, seguro que viene porque es maestro y no porque le toque. En plena espera, ya cerca el deseado momento, la anécdota que siempre conservaré la protagoniza una pareja que se me acerca, para decirme él: esto da para una novela, y también para un hilo, remató ella, que no pude más que recibir con una gran carcajada, dado el escenario y lo inesperado. Tras anotar mis datos y responder a una serie de preguntas, referentes a mi estado de salud, el gran momento, momentazo. Vuelvo a humedecer mis ojos al recordarlo, y es que ha sido mucho tiempo esperando, son ya demasiados los días, los meses, que llevamos conviviendo con la enfermedad como para no celebrar, desde la más profunda de las emociones, desde la alegría, ese instante que es una puerta abierta, una luz al final de túnel.

En cuanto a la operativa, hay que reconocer el excelente trabajo de la Sanidad Pública de Andalucía, ya que en todo momento la atención e información son más que adecuadas, es muy ágil y rápido todo el trámite, gracias a una excelente organización. Y viendo todo esto, yo sí me creo los plazos anunciados por el Presidente del Gobierno. Este verano seremos muchísimos los españoles vacunados, y esa es la gran noticia y por lo que todos deberíamos pelear. Yo, por lo menos, siempre lo he tenido claro, y me hubiera vacunado con cualquiera de las marcas, no le hubiera puesto ningún reparo a hacerlo con AstraZeneca. Porque no me cabe duda de que si vacuna y vida se escriben con V no es sólo por una coincidencia alfabética, también por una realidad palmaria. Ojalá pronto todos con las dosis administradas, y a recuperar esa soñada normalidad que tal vez no supimos disfrutar, como se merecía, durante tanto tiempo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios