Tribuna

ezequiel martínez

Periodista y escritor

Jambo África

África tiene futuro, pero hay que ayudar a sus gentes para evitar la sangría que provoca la migración y las calamidades de los cuatro jinetes del apocalipsis

Jambo África Jambo África

Jambo África / rosell

"Una larga caminata comienza con un paso" (Proverbio africano)

ENTRE el 1 de enero y el 20 de junio llegaron a España 12.155 migrantes, fundamentalmente de África. Una de las primeras iniciativas del Gobierno del socialista Pedro Sánchez fue acoger a 630 migrantes del Aquarius. Después oleadas de personas han llegado a nuestras costas en cayucos y pateras, en parte porque es verano y también por el "efecto llamada". Habrá que buscar soluciones imaginativas en Europa para hacer frente a este importante reto que nos depara el siglo XXI, el de la inmigración. Y esas soluciones pasan por ayudar al desarrollo social, económico y político en los países de origen, y por unas políticas de acogida dignas y sostenibles en la UE.

En 2050, la población mundial rondará los 10.000 millones y el 25% será africana. Y se estima que unos 200 millones de personas se desplazarán por los efectos del cambio climático. La adaptación al cambio climático tiene que ser una prioridad para los gobiernos y para Naciones Unidas. Descarbonizar la economía y apostar por las renovables, minimizará el impacto. Es incomprensible que España, con más horas de sol, no lidere en Europa, la revolución energética verde.

África tiene posibilidades futuras, aunque algunos países europeos y China amenazan su autonomía. En un viaje reciente, hemos visto en Kenia obras e infraestructuras del gigante mandarín que ejerce una nueva colonización silenciosa. África debe defender sus ricos recursos naturales. 54 países conforman el Continente negro. En muchos de ellos la población se enfrenta a guerras, sequías, esclavismo, grupos terroristas, enfermedades, muerte: Libia, Sudán, Chad, Camerún, Yemen, Somalia, Etiopía, República Centroafricana, Nigeria con Boko Haram, etc. La ONU, los medios de comunicación y las ONG no deben olvidar a esas poblaciones. Los africanos deben proteger sus recursos naturales como el lago Victoria, que con 68.500 kilómetros cuadrados es el mayor de África.

Entre 1853 y 1856 el médico y misionero, David Livingstone descubrió las cataratas del Victoria. En 1862 John Speke situó la fuente del Nilo blanco en el Lago Victoria. El 10 de noviembre de 1871, el periodista y aventurero Henry Stanley encuentra a Livingstone en Ujiji, lago Tanganika y dejó una frase para la historia: "¡Doctor Livingstone, supongo!". Varios libros recogen estas gestas: El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad; El sueño de África, de Javier Reverte; y Ébano, de Kapuscinski, entre otros. El Nilo azul aflora en Etiopía y se une al blanco en Jartún, Sudán. En el lago Victoria se sobrepescan la perca del Nilo y la tilapia, alimento tradicional de la población del entorno que baña las costas de Kenia, Tanzania, Uganda y Ruanda, pero desde hace tiempo la pesca se destina a la exportación. El documental La pesadilla de Darwin ahonda en el desastre ecológico que supuso la introducción de la perca del Nilo, y en la injusticia de privar a los nativos de un recurso alimentario. Cuatro alimentos (arroz, trigo, maíz y patata) proporcionan a los humanos el 60% de la energía. Hemos visto arrozales en Madagascar; maíz y cereales en Kenia y Tanzania. En Kenia, el sector agroganadero emplea al 61% de la población y supone el 32% del PIB. En Masai Mara vimos a los guerreros indomables pastoreando sus rebaños, pero también ejerciendo de guías en los safaris. En Tanzania hay 13 parques nacionales. La agricultura en Tanzania supone el 29% del PIB: maíz, trigo, café, algodón, té, bananas; y Zanzíbar, la isla de las especias.

En este viaje hemos visto en Nogorongoro, en Serengeti, en Masai Mara, en el Lago Victoria, toda la fuerza de la vida primigenia y salvaje: leones apareándose, jirafas, ñúes, búfalos, elefantes; hipopotamos, leopardos, el guepardo acechando a la presa, águilas pescadoras, etc. Nos hemos comunicado con los massai y con la gente que en Kenia, Tanzania, Zanzíbar y Madagascar, es amable y hospitalaria. En suahili, jambo significa hola; Asante es gracias; Tafadhali, por favor. África tiene futuro, pero hay que ayudar a sus gentes para evitar la sangría que provoca la migración y las calamidades de los cuatro jinetes del apocalipsis. ¡Tafadhali, ayudemos a África!

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