Tribuna

Rafael Recio Barba

Médico Traumatólogo

Curar el alma

Curar el alma Curar el alma

Curar el alma

Muchas veces en la consulta hemos observado cómo los enfermos van a buscar diálogo con el médico para desahogar el dolor de la vida, o lo que se ha dado a llamar dolor del alma. Pero, ¿el alma duele? Ese dolor que nos atenaza y no sabemos dar respuesta aun cuando presumamos de ser resilientes. ¿Somos conscientes de estratificar dónde se encuentra el dolor no corporal, el dolor que nos hunde en el desánimo y en la pesadumbre como una carga pesada que nos arrastra hasta el fondo de nuestra mísera existencia?

Así es el dolor del alma, un problema común en la humanidad y debemos cuidar integralmente a la persona, por tanto, nunca hay que perder de vista el alma, la mente y el cuerpo. Como médico, debemos de conocer el sufrimiento, la personalidad del sufriente, en definitiva, su alma. A partir de su experiencia personal y profesional, Thomas Moore, en su libro El cuidado del alma en la medicina, nos guía por los aspectos más trascendentes para presentar la enfermedad como lo que es: Humanidad donde se funde el dolor, la comprensión y la mitigación del pesar a través de las emociones.

Cyrulnik acuño el termino resiliente, que en ingeniería, explica el autor, es como la resistencia de un cuerpo a los esfuerzos bruscos; en otras palabras, es la cantidad de energía que puede absorber un material antes de comenzar a deformarse. Aplicada a las ciencias humanas, la resiliencia es la capacidad de unos individuos para sobreponerse a impactos que a otros podrían romperlo. Viktor Frankl, psiquiatra y escritor, fue internado durante la II Guerra Mundial en Auschwitz y otros campos de concentración. Esa experiencia y su formación, le permitieron hacer una gran reflexión sobre el sentido de la vida, también sobre la adversidad, que plasmaría en diversos libros, entre los que destaca El hombre en busca de sentido. Fundó la logoterapia o análisis existencial. El término deriva de "logos", acuñado por Heráclito de Éfeso en el siglo VI a.c., Viktor Frankl lo utiliza como "sentido", es decir, la logoterapia es la terapia que se enfoca en descubrir el sentido de la vida para cada persona. Se trata de una terapia que se utiliza para personas que sufren problemas existenciales ante algún cambio profundo o debido a una crisis personal. Frankl constata que aquellas personas con una vida intelectual rica lograron proteger mejor su yo íntimo. Podían lograr un entorno de abstracción a través de la imaginación. Por ello, muchos prisioneros con condiciones físicas endebles sobrevivieron a otros de complexiones mucho más robustas. Sería la actitud ante la adversidad para sobreponernos.

Aristóteles definía las emociones como los cuatro elementos básicos que forman parte de todo y todo está formado por ellos en distintas proporciones: El aire es húmedo y caliente, el fuego es caliente y seco, la tierra es seca y fría, el agua es fría y húmeda. Nuestro cuerpo se expresa a través del dolor, no se calla y se expresa por sintomatología. ¿Qué ocurre cuando lo almacenamos, intentamos acallarlo e ignorarlo a pesar de un sufrimiento que hacemos mudo cayendo en el stress y repercutiendo negativamente en nuestra existencia?. En El retrato de Dorian Gray, novela de Oscar Wilde, narra el pacto que el joven Dorian hace con el diablo de cambiar la juventud y el éxito mundano a cambio de su alma. Pero en esta ocasión el alma no será reclamada a su muerte, sino que le es arrebatada en vida, de una manera dolorosa, pero que el protagonista consigue esquivar dado su carácter superficial y frívolo. Es la expresión de un cuerpo sin alma.

Luis Chiozza -director del Centro Weizsaecker de Consulta Médica y del Instituto de Docencia e Investigación de la Fundación Luis Chiozza, presidente honorario del Instituto di Ricerca Psicosomatica-Psicoanalitica Arminda Aberastury de Perugia, Italia y quien recibió un premio Konex en Psicoanálisis en 1996- explicó por qué nuestra mente puede enfermar a nuestro cuerpo. Es lo que conocemos como somatización, traduciendo un dolor psíquico en un dolor somático.

Sigmund Freud, indagando en lo que ocurría en la histeria, descubrió que lo reprimido suele retornar a la conciencia bajo la forma de un signo o un síntoma que en algunas ocasiones se registra o se interpreta como una enfermedad que se origina en el cuerpo. En definitiva el paciente necesita y precisa ser oído, comprendido y apoyado de forma holística.

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