Un panorama complicado para Andalucía

El complicado panorama nacional no ayuda a posibles pactos poselectorales para la gobernabilidad de Andalucía

El barómetro realizado por Metroscopia para los diarios del Grupo Joly presenta un panorama poselectoral sumamente complicado para la gobernabilidad de Andalucía. Como se ha publicado en este periódico, el PSOE, con una estimación de voto de casi el 31% (más de cuatro puntos menos que en las elecciones de 2015), volvería a ganar las elecciones, pero con un importante desgaste que le haría perder entre siete y diez escaños (sacaría entre 37 y 40). Los otros tres partidos con posibilidades obtienen un triple empate técnico: PP (20,1% de estimación de voto), que conseguiría unos 24 escaños; Adelante Andalucía (20,9%), entre 23 y 24 escaños; y Ciudadanos (21,2%), entre 22 y 24 escaños. Es especialmente llamativa la bajada del PP, que podría convertirse en la cuarta fuerza de Andalucía, lo que le llevaría al mismo panorama que en los años 80. Por su parte, Cs experimenta una importante subida, lo que lo haría vencedor en nuestra región de la batalla que se está librando por el control del centroderecha en toda España. Adelante Andalucía (suma de Podemos e Izquierda Unida) repetiría prácticamente su resultado de 2015, aunque con un ligerísimo descenso. De confirmarse estos resultados en las urnas el 2 de diciembre, la candidata socialista, Susana Díaz, tendría muy difícil el articular una mayoría parlamentaria que le permitiese gobernar con tranquilidad durante la próxima legislatura. Descartado, siempre según esta encuesta, un posible pacto PP-Cs para gobernar Andalucía, las dos opciones que quedan son un acuerdo de izquierdas entre el PSOE y Adelante Andalucía o una reedición del recién clausurado acuerdo de legislatura entre los socialistas y Ciudadanos. La primera opción tiene la dificultad de las complicadas relaciones entre las dos candidatas, Susana Díaz y Teresa Rodríguez, además de que obligaría al PSOE andaluz a un giro radical que no está actualmente en su ánimo ni en su manera de entender la política andaluza. La segunda opción tampoco parece muy factible. El candidato de Cs ha dicho por activa y por pasiva que no pactará con el PSOE, una postura que tiene más que ver con la estrategia de la formación de Albert Rivera a nivel nacional que con los intereses andaluces. El complicado panorama político del país no facilitará mucho los posibles acuerdos poselectorales en Andalucía. Por eso, sería importante que los candidatos no hagan gestos o declaraciones que puedan suponer obstáculos para futuros pactos. Los ciudadanos no entenderían que se priorizasen los intereses de los partidos en Madrid sobre sus problemas concretos: educación, sanidad, movilidad y un largo etcétera. Los políticos lo deberían tener muy en cuenta.

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