El mundo pos-Covid

El mundo pos-Covid puede ser una oportunidad para mejorar las cosas siempre que sepamos extraer las lecciones pertinentes

La práctica totalidad de la opinión cualificada ha mostrado su convencimiento de que el mundo cambiará después de la pandemia de coronavirus. De hecho, ya estamos viendo algunas importantes transformaciones en campos tan diversos como el laboral, el ecológico, el político, el inmobiliario, el económico, etcétera, algunos de los cuales sólo serán provisionales, pero otros permanecerán en el tiempo, alterando en parte nuestra manera de vivir. El cambio es inevitable y forma parte de la dinámica histórica desde sus inicios, pero es importante que, en lo posible, las sociedades democráticas sepamos encauzarlos en la medida de lo posible para que sean beneficiosos, no para que acaben con algunos de los importantes logros alcanzados por la humanidad -al menos por una parte- en las últimas décadas. Con la pandemia, por ejemplo, hemos asistido el reforzamiento de algunas actitudes iliberales en la política europea, un fenómeno que sin duda era anterior al coronavirus, pero que éste ha acentuado de forma considerable. En tiempos de crisis y temor, no es extraño que las sociedades caigan en la tentación de buscar la seguridad a toda costa, lo que suele ser aprovechado por políticos populistas para recortar todo tipo de libertades políticas y económicas. La historia está llena de ejemplos. Es por eso importante que contrapoderes como la prensa o la sociedad civil estén siempre alerta para evitar maniobras que supongan un paso atrás en el Estado de Derecho. El mundo pos-Covid puede ser una oportunidad de mejorar las cosas siempre se sepamos extraer las lecciones pertinentes, que aprovechemos las oportunidades. Un mismo hecho como el teletrabajo, por poner otro ejemplo, puede ser un gran avance, al permitir una mayor conciliación con la vida familiar y un ahorro de emisión de gases -por sólo citar dos ventajas-, pero también se puede traducir en una pérdida de derechos laborales. En general, el mundo del futuro podrá ser mejor y más habitable siempre que mostremos capacidad de resiliencia e inteligencia colectiva para aprender de los errores del pasado. El retroceso también es una posibilidad. Y eso es lo que hay que evitar.

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