Un gran pacto para reconstruir la economía

Los empresarios están dispuestos a llegar a un gran acuerdo con el Gobierno pese a su pacto con Bildu para derogar la reforma laboral

Los empresarios españoles están dispuestos a impulsar un gran pacto con el Gobierno y los sindicatos con el que iniciar la urgente y más que necesaria reconstrucción de la economía de nuestro país, duramente castigada por el parón provocado por la pandemia del coronavirus. Este gesto adquiere especial relevancia después de la profunda irritación que sufrió la patronal por la firma entre los dos partidos del Gobierno -PSOE y Unidas Podemos- con la formación radical vasca Bildu para la derogación de la reforma laboral, un instrumento al que se le podrán poner todos los peros que se quiera, pero que ha sido fundamental para evitar el derrumbamiento de nuestro entramado empresarial durante los tres meses de estado de alarma, que finaliza este domingo. Es por eso que los empresarios españoles, en una cumbre que están desarrollando telemáticamente y que reúne a los líderes más importantes de nuestra economía, han pedido al Ejecutivo que se mantenga una de las figuras fundamentales de dicha reforma, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que sin duda han tenido una importancia en amortiguar la crisis laboral y social, sobre todo en las familias más vulnerables. Gracias a los ERTE se han salvado muchas empresas y se han sentado las bases para la recuperación paulatina de la economía española. Se trata, en definitiva, de no desmontar lo que funciona y mejorar lo que no funciona.

Entre las ideas más interesantes y acertadas lanzadas por los empresarios está convertir en una oportunidad la lucha contra el cambio climático. El objetivo de reducir el calentamiento del planeta no puede ser un obstáculo para nuestra economía, sino todo lo contrario, una vía de crecimiento y desarrollo sostenible. Esta propuesta de los empresarios, se supone, debe encontrar buena acogida en un Gobierno cuyos partidos suelen presumir de conciencia ecológica y espíritu verde.

En definitiva, lo que pretende el empresariado es afrontar la recuperación con una mezcla de disciplina y audacia. Tendremos con total seguridad importantes ayudas económicas de la Unión Europea, pero de poco o nada servirán si no sabemos aprovechar esos caudales de dinero público en no sólo reconstruir lo deteriorado por la pandemia, sino en sentar las bases de un sistema productivo más acorde con los grandes desafíos que tendremos que afrontar en las próximas décadas.

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