Los españoles quieren votar

La mayoría de los ciudadanos abogan por un adelanto electoral. El presidente Sánchez haría bien en hacerles caso

Una de las conclusiones más llamativas del sondeo Pulso político y social, elaborado por Metroscopia y publicado el domingo por este periódico, es que la mayoría de los ciudadanos abogan por un adelanto electoral en España. En concreto, el 42% de los encuestados piden una convocatoria inmediata, mientras que el 21% desea también acudir a las urnas antes de que se agote la legislatura, aunque le dan un poco más de plazo al Gobierno. Como es lógico, los votantes de PP y Ciudadanos son los que más urgencia muestran en votar, aunque no es desdeñable el dato de que aproximadamente la mitad del electorado socialista también quiere que las elecciones generales se celebren antes de 2020.

Es evidente que los españoles, en general, son muy conscientes de la situación de fragilidad en la que se encuentra el Gobierno, que sólo dispone de la lealtad asegurada de un Grupo Socialista que apenas suma 84 diputados. En este sentido, la votación del pasado miércoles en el Congreso de los Diputados sobre el objetivo de déficit fue paradigmática. El Ejecutivo sufrió una humillante derrota, abandonado por los mismos que poco antes le habían apoyado en la moción de censura para apear de la Presidencia a Mariano Rajoy. Sólo el PNV le brindó su apoyo. Si algo parece claro -siempre lo estuvo- es que el Gobierno no puede fiarse del conglomerado de partidos formado por Podemos, ERC, PDeCAT y Bildu, una extraña amalgama que muestra claramente tendencias antisistema, cuando no pide directamente la ruptura de España y el fin de la soberanía nacional.

Es imposible que un partido socialdemócrata, moderado y sistémico, como sin duda es el PSOE, pueda gobernar durante mucho tiempo con esos apoyos. Esto lo percibe claramente la ciudadanía y por eso, como bien se refleja en el sondeo Pulso político y social de Metroscopia, quiere que Pedro Sánchez use su prerrogativa presidencial de disolver la Cortes y convocar elecciones generales. España no se puede permitir que un Gobierno tan débil sea el encargado de, entre otras cosas, negociar con un independentismo que ha vuelto a mandar en las instituciones catalanas y que ya ha dado muestras de que no aflojará su presión sobre el Estado. Pedro Sánchez haría bien en hacerle caso a los ciudadanos y abrir las urnas. Por lo pronto, las encuestas, incluida la publicada el domingo por este periódico, ya le dan como ganador, aunque seguido muy de cerca por el PP. Aferrarse más tiempo al poder podría ser muy perjudicial para sus intereses y también, lo que es mucho más grave, para los del país.

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