La ejemplaridad de Felipe VI

Con la publicación de sus presupuestos un año más, el Monarca demuestra que la transparencia y la ejemplaridad serán las constantes de su reinado

Uno de los compromisos de Felipe VI cuando llegó al trono fue el de la transparencia y la ejemplaridad de la Corona, algo que ha cumplido hasta ahora escrupulosamente. Un ejemplo lo vimos ayer claramente con la publicación y difusión del presupuesto para 2021 de la Casa del Rey, lo cual es todo un ejercicio de claridad en unos momentos en los que las administraciones españolas -y europeas- no están brillando precisamente por su transparencia. Muy al contrario, casos como el de los contratos de la UE para la adquisición de la vacuna de AstraZeneca nos demuestran que el oscurantismo suele ser una de las pautas de la política actual. Pero, con la publicación un año más de sus presupuestos, Felipe VI no sólo demuestra transparencia, sino también ejemplaridad, algo fundamental en la institución monárquica, más después de los escándalos protagonizados en los últimos tiempos por el Rey emérito. Esta ejemplaridad se manifiesta principalmente en que el Monarca ha congelado las asignaciones que reciben los miembros de la Familia Real, que se mantendrán en algo más de 500.000 euros tras la retirada de la partida destinada al Rey emérito en 2020. Así, Felipe VI percibirá este año un sueldo bruto de 253.850 euros, mientras que la reina Letizia percibirá 139.610 euros. Por su parte, la asignación para la reina Sofía será de 114.240 euros, lo que hace un total de 507.700 euros. La congelación de su sueldo es un guiño claro que hace el Monarca a la sociedad, y especialmente a la clase dirigente, en unos momentos en los que la crisis económica desatada por el coronavirus ha vuelto a ensanchar peligrosamente la brecha de la desigualdad en España. Asimismo, entre las partidas de este presupuesto cabe destacar las destinadas a informática y modernización tecnológica ante el interés de Felipe VI en acelerar la transformación digital de la institución puesta en marcha hace dos años. A estas alturas ya no hace falta insistir en la importancia de la digitalización de las herramientas de trabajo, y la Monarquía no puede ser una excepción. Felipe VI es consciente de la necesidad de que la Corona esté a altura de la transformación tecnológica que vive nuestra sociedad.

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