El desencuentro entre la escuela y el trabajo

Los datos indican que hace falta un mayor diálogo entre el mundo laboral (empresarios y sindicatos) y el de la educación

Un informe elaborado por Educa 20.20 y la Fundación AXA nos deja un dato sobre el que habría que reflexionar: el 63% de los empresarios andaluces afirman que les resulta difícil encontrar empleados que se ajusten a los perfiles solicitados. Es decir, que el sistema educativo no está ajustado a lo que demanda el mercado laboral, lo que está creando la paradoja de que no se encuentran empleados ad hoc en una sociedad que, según la última Encuesta de Población Activa, roza el 24% de paro.

Este desencuentro entre el mercado laboral y el sistema educativo no es una novedad y sería incierto afirmar que no se ha avanzado nada en los últimos tiempos. En la actualidad, la Formación Profesional en sus diferentes niveles disfruta de mayor prestigio que hace unas décadas, cuando ésta se consideraba un camino casi exclusivo para malos estudiantes y las personas de "poca ambición". Iniciativas como la creación de los módulos superiores o la FP dual han abierto nuevos caminos y han demostrado que los estudios no universitarios pueden son un auténtico camino de éxito vital y económico. De hecho, según aseguró ayer Fernando Jáuregui, presidente de Educa 20.20, "un titulado en FP encuentra actualmente trabajo de forma más rápida y con mejor sueldo que un graduado en enseñanza superior". Sin embargo, a la vista está, aún queda un largo trayecto por recorrer, sobre todo en la valoración social y el prestigio de los estudios de FP, algo que nunca se debe desdeñar, pues es el reconocimiento, según afirman los psicólogos, uno de los principales motores del comportamiento humano.

Aunque no debemos reducir el sistema educativo a un mero proveedor del mercado laboral, ya que su principal objetivo debe ser forjar ciudadanos responsables y conscientes, sería una irresponsabilidad afirmar que son dos mundos que nada tienen que ver. Sobre todo en los niveles más avanzados, la enseñanza debe orientar y preparar a los estudiantes para incorporarse a una profesión que les ayude a construir su propia vida como adulto y, paralelamente, a ser útil a la sociedad. Es quizás en la orientación donde queda más camino por recorrer. Los estudiantes tienen poca información y ayuda a la hora de elegir unos estudios que se adecuen a sus capacidades y habilidades, y les proporcionen un horizonte laboral en un plazo medio. Es evidente que hace falta un mayor diálogo entre el mundo laboral (empresarios y sindicatos) y el de la educación. Si se corrige este problema, los beneficios podrían ser amplios e inmediatos.

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