El año que cambió nuestras vidas

La solidaridad y abnegación mostrada por algunas profesiones ha contrastado con la irresponsabilidad de los políticos

Se cumple hoy un año del confinamiento decretado por el Gobierno de España para intentar frenar en nuestro país la pandemia de coronavirus que, hasta la fecha, ha dejado en el mundo 2,5 millones de muertos (72.000 en España y casi 9.000 en Andalucía). En estos últimos doce meses podemos decir sin ninguna duda que nuestras vidas han cambiado de una manera que nunca creímos posible, acostumbrados a vivir en una zona del planeta y en un tiempo en los que las guerras y las epidemias siempre ocurrían en países remotos y exóticos. En un año, tras cuatro décadas de plena democracia, hemos visto como normal que el Gobierno limite nuestros derechos de movilidad y reunión; nos hemos acostumbrado a llevar siempre puestas las mascarillas y a reducir considerablemente el contacto con nuestros seres más queridos. También hemos visto cómo la economía, que en España llevaba seis años de bonanza, se ha derrumbado, llevándose por delante 700.000 puestos de trabajo, a los que hay que sumar otros tantos que se encuentran en ERTE y cuyo futuro es una incógnita. Lo único positivo de este año son las muchas muestras de solidaridad social y el comportamiento de abnegado de no pocas profesiones (sanitarios, policías, militares, cajeros, repartidores...) que se mantuvieron al pie del cañón en los momentos más duros de la pandemia. Su actitud ha contrastado con la de una clase política que ha vuelto a dar importantes muestras de irresponsabilidad y crispación, como seguimos viendo en estos días, en los que aún está muy lejos la recuperación definitiva. De esta pandemia nos quedarán algunos cambios de costumbres, un posible frenazo de la globalización, una economía devastada y, sobre todo, una humanidad menos confiada y más temerosa por su vulnerabilidad ante elementos que no controla. Estos factores forman un caldo de cultivo para que prosperen actitudes e ideas iliberales que ya se empezaron a gestar en la crisis de 2008. Es responsabilidad de todos evitarlo.

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