Vacunas: esto es sólo el principio

Andalucía comenzó ayer a administrar las primeras dosis contra el virus pero no se puede bajar la guardia porque todavía queda mucho por hacer

Apenas un año después de que se confirmasen los primeros casos de coronavirus en el mundo, las primeras vacunas han comenzado a ponerse en muchos países. En Andalucía, en diferentes puntos de la comunidad, se administraron ayer las primeras dosis de los laboratorios Pfizer y BioNTech, en las residencias de mayores de las ocho provincias andaluzas y entre personal sanitario. Se trata de un proceso lento y con diferentes fases y criterios de población que, según las previsiones de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, puede acelerarse algo si las autoridades de la Agencia Europea del Medicamento aprueban también la vacuna de Moderna. Pero esas previsiones apuntan a que en el mes de marzo de 2021 estaría vacunado sólo un 6% de la población andaluza (400.000 personas), por lo que conviene no lanzar las campanas al vuelo y seguir manteniendo las medidas que en cada momento sean necesarias para impedir la propagación del virus y frenar la curva de contagios al máximo. Porque no se puede negar que las noticias sobre la llegada de la vacuna pueden significar una engañosa sensación de inmunidad en parte de la población en unos momentos en los que nos estamos jugando mucho. No hay más que ver, de nuevo, algunas imágenes de estos días en torno a la Navidad, en las que da la sensación de que se baja la guardia con aglomeraciones que no son de recibo. Aún queda mucho camino que recorrer en esta lucha contra el virus y la llegada de las primeras vacunas, todavía en un número muy limitado, es sólo el principio de una larga carrera en la que hay que seguir siendo extremadamente prudentes. Las cifras que la pandemia arroja cada día indican que aún estamos lejos de controlarla e invitan a la responsabilidad individual diaria, por lo que desde todas las instancias hay que seguir haciendo llamamientos a la cautela y a mantener las medidas de seguridad. Y hay que esperar, en cualquier caso, a conocer los resultados que se deriven de las primeras vacunaciones para poder celebrar que su efectividad, ya probada en los ensayos, se traduce en esa esperada inmunidad de la población.

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