Vacunas: la UE debe actuar con firmeza

Bruselas ha invertido 2.700 millones en la investigación contra esta pandemia y no puede permitirse que ahora las farmacéuticas se salten los acuerdos

La Comisión Europea creó ayer un mecanismo de emergencia para controlar y, en su caso, bloquear la exportación a terceros países de vacunas fabricadas en territorio comunitario. Es la respuesta proteccionista ante la drástica reducción de los suministros por parte de tres de las seis farmacéuticas con las que se había contratado su distribución. El Gobierno alemán augura graves problemas de abastecimiento durante al menos diez semanas. En el caso de España, algunas comunidades aseguran que deberán frenar las campañas iniciadas y la Junta anunció que Andalucía se queda hoy sin dosis. Se va a hacer necesario reformular toda la operación. Apenas se ha administrado la primera dosis a poco más de un 2% de la población. Desde luego, el objetivo europeo de conseguir la inmunización en marzo del 80% de los mayores de 80 años así como de los sanitarios, queda muy lejano. Tanto como ese pregonado 70% de los ciudadanos de los 27 países este verano. La gota que ha colmado el vaso es el anuncio de la firma sueco-británica AstraZeneca. La Agencia Europea del Medicamento posiblemente autorizará hoy su producto, pero la empresa sólo facilitará un 25% de las remesas comprometidas en este primer trimestre. Esgrime como argumento que la producción de sus dos fábricas del Reino Unido será íntegramente para las Islas. Así se lo exige el Gobierno de Boris Johnson. El menor rendimiento de las otras dos factorías de la compañía, ubicadas en Bélgica, completan esta inaceptable ecuación. Un escenario similar se padece con Pfizer, pero en este caso por la prohibición de Estados Unidos. Bruselas ha invertido 2.700 millones en el desarrollo de la investigación para encontrar una salida a esta pandemia y en la compra centralizada y por anticipado de vacunas. En la primera etapa de esta crisis, la institución no estuvo a la altura. Los estados e incluso las regiones necesitaron acudir a un disparatado mercado para conseguir protección sanitaria. Ahora la UE debe actuar con firmeza ante las farmacéuticas para que respeten los acuerdos. Aunque aplique mecanismos que hasta ahora nunca ha utilizado. No puede permitir una grieta entre sus socios que ni siquiera consiguió el Brexit.

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