Tráfico y la sanción por el mal uso de los móviles

Hace poco más de un año el Gobierno descartaba aumentar el castigo para estas infracciones, ahora cambia de estrategia

El director general de Tráfico, Pere Navarro, asegura que planea aumentar las penalizaciones a los conductores que chateen con el teléfono móvil mientras se encuentran al volante de su vehículo. Pere Navarro entiende que la retirada de tres puntos en el carné es insuficiente y pretende que la sanción pueda incluso a llegar a duplicarse. El problema no es reciente. Las distracciones figuran desde hace dos años como la principal causa de los siniestros de vehículos con víctimas mortales. Por encima del alcohol o el exceso de velocidad. Suponen casi un tercio del total. Hace 17 meses, el Ministerio del Interior, con Juan Ignacio Zoido al frente, lanzó una campaña para persuadir del peligro de la utilización del teléfono durante la conducción. Los estudios ya revelaban que los descuidos eran la causa directa de 500 muertes al año en las carreteras españolas. Además, el informe afirmaba que el 43% de los jóvenes consultados admitían que intercambiaban mensajes telefónicos con sus coches en circulación.

Entonces, el Gobierno descartaba utilizar las multas como herramienta disuasoria y apostaba por "otras estrategias". Ahora Tráfico pretende endurecer los castigos al entender que es la mejor forma de persuasión. Cualquier intento por reducir este reguero de muertes debe saludarse. Pero suena a improvisación que este organismo pueda defender un cosa y la contraria en tan poco tiempo. Por lo que, de aplicarse la medida, el ciudadano tiene derecho a conocer por qué se supone que ahora sí tendría un grado de efectividad.

Sí pone Pere Navarro el dedo en la llaga al advertir el problema que suponen las cada vez más abundantes herramientas tecnológicas con que se dotan a los vehículos y que, en la mayoría de las ocasiones, su uso resulta incompatible con el que se exige para una atenta conducción. El director de Tráfico se queja de la imposibilidad de luchar contra una industria muy potente y unos usuarios que premian las novedades tecnológicas a la hora de comprar un vehículo. En ese capítulo incluye desde los navegadores hasta el propio manos libres, algo bien visto en su momento por su propio departamento, como alternativa para evitar el móvil en la mano, mientras que ahora se asume que una conversación por esta vía supone un riesgo muy grave de concentración. "La tecnología nos pasó por encima a todos", se lamenta Navarro. Pero ese debate y las competencias con que cuenta la Administración para limitar determinados dispositivos que afectan a la seguridad vial sería mucho más eficaz que la fácil solución de restar más puntos al carné.

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