Rigor con las exportaciones

El positivo crecimiento del sector exterior andaluz necesita que se mida con cifras que reflejen la realidad y no que la distorsionen

El sector exterior andaluz crece en los últimos ejercicios fijando marcas. El año 2017 se cerró por primera vez desde que existen estadísticas (1995) con exportaciones por encima de los 30.000 millones de euros y Andalucía se situó como la segunda comunidad autónoma que más vende fuera de España. Sin duda, que la economía regional gane peso en el exterior es una noticia positiva de calado, porque es bueno que las empresas que producen en Andalucía diversifiquen sus mercados y sean capaces de competir con éxito en otros países de Europa y de los demás continentes. Muchas empresas que, ante la caída estrepitosa del mercado nacional en el decenio de la Gran Recesión, hicieron el esfuerzo inversor de salir a vender fuera como medio de sobrevivir mantienen esa apuesta por la internacionalización y comprenden que los signos de mejora de la economía española no han de desincentivar sus posiciones en otros mercados. Andalucía tiene una larga tradición exportadora pese a su escasa industria, porque el sector agroalimentario siempre ha vendido en el extranjero, singularmente el aceite de oliva; y además ahora cada vez con más valor añadido, al reducir las exportaciones a granel y crecer las embotelladas. Una de las novedades de este crecimiento del sector exterior es la incorporación de nuevos sectores por encima de los tradicionales, con el aeronáutico como banderín de enganche. El Gobierno de la Junta, desde que a finales de febrero se conocieron los datos estadísticos de las exportaciones, está enfatizando mucho esta cuestión: se vende más aeronáutica que aceite al exterior. Pues bien, éste es un mensaje trucado: no toda la aeronáutica que se anota en las exportaciones se produce en Andalucía. Es más, como recientemente ha recordado el presidente del Observatorio Económico de Andalucía, Francisco Ferraro, los elementos tecnológicamente más avanzados -aviónica o motores, por ejemplo- se producen incluso en otros países y se importan para su ensamblaje en Andalucía. Es el caso del gigante del transporte aeromilitar, el A400M de Airbus. Conviene no llamarse a engaño: acciones de este tipo son la explicación de este enorme crecimiento exportador aeronáutico. Un dato económico tan importante como la balanza comercial exige rigor. Basarse en estadísticas que no diferencian realmente lo que se produce en Andalucía y lo que no hace que pierda eficacia como medidor, por más que pueda servir momentáneamente de agente propagandístico. Apostamos firmemente por el crecimiento de las empresas andaluzas o que producen en Andalucía en mercados exteriores, pero se impone el rigor y unas cifras que no distorsionen la realidad.

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