Rabat tropieza con su propia estrategia

Marruecos ha quedado retratado como un país poco de fiar. Además, ha provocado el enfado de la Unión Europea y ha puesto en peligro las muchas ayudas que recibe

A estas alturas, el Gobierno de Marruecos ya debe haberse dado cuenta de que su estrategia en la crisis migratoria de Ceuta ha sido un completo error. En los últimos días han aumentado las evidencias de que la invasión de la ciudad española por miles de inmigrantes irregulares -muchos de ellos menores de edad- no sólo fue permitida por las autoridades marroquíes, sino que fue minuciosamente planificada y alentada tanto sobre el terreno como en las redes sociales. De esta manera, Marruecos queda retratado ante la comunidad global como un país que no respeta las normas más básicas del derecho internacional y que, además, es capaz de usar como carne de cañón a su población más vulnerable, incluidos los menores. Asimismo, el reino alauí se ha topado con el enfado y el severo reproche de la Unión Europea. Marruecos no ha sabido calcular la preocupación que siente la UE con la inmigración irregular, una cuestión que le está suponiendo importantes problemas tanto en sus fronteras exteriores como en la política interna de muchos de sus países miembros, ya que alimenta fenómenos peligrosos como el aumento del populismo de extrema derecha o la inseguridad en las ciudades. Este disgusto se ha escenificado claramente con las declaraciones de altos cargos de la UE, como el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, quien afirmó que "las fronteras españolas son fronteras europeas", o la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen. En las últimas horas numerosos comisarios de la UE han entablado contacto con las autoridades marroquíes para mostrar el enfado. No estamos hablando sólo de palabras, pues el mensaje es claro. De seguir en su actitud agresiva contra las fronteras españolas, podrían estar en juego las cuantiosas ayudas que la Unión Europea destina a Marruecos, muchas de ellas para controlar la inmigración. No es una cantidad despreciable: desde 2007, Europa ha destinado a Marruecos en materia de cooperación un montante de 13.000 millones de euros. ¿Está el país norteafricano dispuesto a renunciar a dicha cantidad? Se verá en los próximos tiempos, pero todo indica que no.

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