El encuentro de ayer entre los secretarios generales del PSOE-A y el PSC, Susana Díaz y Miquel Iceta, respectivamente, deja bien claro que ya se han empezado a dar los primeros pasos para recomponer un Partido Socialista en caída libre electoral y orgánica tras la era de Pedro Sánchez. La visita del catalán a Sevilla supone el reencuentro entre dos federaciones que en los últimos tiempos se han distanciado considerablemente a raíz del órdago independentista catalán. Desde el socialismo andaluz nunca se ha entendido ni visto con buenos ojos la deriva catalanista de un PSC que ha llegado a ser lo que es gracias, en gran medida, a los votos de los barrios obreros poblados por emigrantes andaluces, extremeños, aragoneses o castellanos, entre otros. La entrevista de ayer es sólo un primer encuentro, un tanteo, y no se pueden sacar conclusiones apresuradas, pero es una señal inequívoca de que ha empezado el deshielo entre el socialismo de Cataluña y Andalucía, que, no lo olvidemos, son los dos territorios donde se ubican los principales graneros de votos del PSOE.

El encuentro, además, pone de manifiesto la soledad cada vez mayor de Pedro Sánchez. Iceta fue uno de los apoyos que el ex secretario general tuvo en el dramático Comité Federal en el que se vio forzado a dimitir. Ahora, justo cuando Sánchez inicia una incierta gira en busca de apoyos para el próximo Congreso socialista, el catalán se encuentra en Sevilla con la que ya se perfila claramente como la líder con más cartas para ser la próxima secretaria general de los socialistas españoles, y más en unos momentos en los que la gestora del PSOE está demostrando su incapacidad de controlar el partido -se enteró por la prensa del pacto PNV-PSE-. Iceta busca que se le perdone su rebeldía al votar no a la investidura de Rajoy y nadie mejor que Susana Díaz para que le dé la absolución.

El diálogo entre el PSOE-A y el PSC es una buena noticia porque cualquier acción que acerque a estos dos territorios es bueno para el país. No podemos construir la España del futuro ignorando las aspiraciones de estas dos regiones en las que sus partidos socialistas (en Andalucía mucho más que en Cataluña) son decisivos. La semana laboral comenzó con un pacto que colocaba al mermado Partido Socialista de Euskadi en el Gobierno vasco y la cerramos con el diálogo entre Díaz e Iceta. No hay duda de que se están dando los primeros pasos en la regeneración del PSOE, algo de vital importancia para el futuro de la democracia española.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios