Sin sorpresas. Así se pueden definir los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que ayer presentó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, al menos en las cifras que corresponden a la provincia de Córdoba. El relevo en el Gobierno y la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa invitaban a presagiar algún gesto hacia esta tierra, si bien el análisis del documento que ya está en el Congreso de los Diputados y que ahora tiene que superar el difícil trámite de su aprobación siguen sin prestar especial atención a Córdoba. Se mantiene la línea continuista de los últimos años, si bien es verdad que la provincia ya no queda a la cola de las inversiones como en ejercicios anteriores. El argumento del PSOE es que aumentan el gasto en infraestructuras en un 32% respecto al año anterior, pero hay que tener en cuenta que el punto de partida es muy bajo, demasiado para las necesidades que tiene esta provincia.

En el proyecto se siguen manteniendo casi las mismas partidas que en presupuestos anteriores, algunas de ellas casi de manera vergonzante, como las variantes de la N-502 a su paso por la comarca de Los Pedroches, que están en los PGE desde el año 2004 y sobre las que no se ha hecho nada en este tiempo. Los capítulos para el desdoble de la N-432 Badajoz-Córdoba-Granada son pequeñas debido a que hay que retomar de nuevo los estudios informativos, mientras que las cantidades para la dos nuevas comisarías son testimoniales. En Cultura, se consignan fondos para desatascar las obras de la Biblioteca del Estado y el Bellas Artes queda en el olvido. Curiosamente, la partida más significativa en comunicaciones es la del baipás de Almodóvar del Río, con 11 millones de euros, una infraestructura que, aunque se ejecuta en Córdoba, no beneficiará precisamente a la capital, ya que su cometido es que los trenes AVE entre Málaga y Sevilla dejen de hacer escala en la estación cordobesa.

Al final, el total de las inversiones suman algo más de 108 millones de euros para la provincia, una cantidad que parece insuficiente si tenemos en cuenta de dónde venimos en los últimos años en inversión presupuestaria estatal. Pero lo más preocupante es ese continuismo en el gasto respecto a la etapa del PP en el Gobierno y la falta de nuevos proyectos que puedan relanzar la economía de una provincia en la que el paro y la escasez de infraestructuras se mantienen como las principales preocupaciones.