Juanma Moreno acentúa su andalucismo

Andalucía necesita generar un discurso que supere las diferencias de partido y que sirva para defender sus intereses en el conjunto de España

El primer acto de Juanma Moreno como presidente de la Junta de Andalucía fue visitar en su domicilio a Manuel Clavero Arévalo, uno de los forjadores del Estado autonómico español y defensor decidido de la autonomía andaluza desde los postulados del centro reformista. El mensaje era claro y, aunque por necesidades aritméticas tuvo que pactar con un partido político como Vox, declarado enemigo del Estado Autonómico, Juanma Moreno ha dejado claro en estos primeros meses de Gobierno que su apuesta es no dar ni un solo paso atrás en una autonomía a la que la inmensa mayoría de los ciudadanos ya no está dispuesta a renunciar, sin que ello suponga la adhesión a extravagantes propuestas nacionalistas que no despiertan ninguna simpatía en la población.

En su discurso de ayer durante el Debate del estado de la Comunidad, el presidente popular de la Junta quiso poner el acento en esta filiación andalucista, usando citas de un socialista como Rafael Escuredo (primer presidente andaluz) o el mismo Manuel Clavero. Juanma Moreno quiso transmitir que este anhelo andalucista debería estar por encima de la disputa partidista, ser una brújula que, en líneas generales, debe marcar la ruta de la política autonómica independientemente de la formación que esté en el poder. Muy lejos quedan aquellos tiempos en los que los populares se opusieron al primer Estatuto de Autonomía. Aquello fue un error y lo pagaron en las urnas durante años. Hoy por hoy, el PP es una formación claramente autonomista en la que el discurso andalucista no le chirría ni a sus cuadros ni a sus bases.

Juanma Moreno afirmó que el andalucismo que defiende "nace de nuestra forma de ser españoles; cuanto más andaluces seamos, más españoles seremos". El único andalucismo que genera una amplia adhesión en nuestra comunidad es aquel que se ejerce desde la lealtad al Estado y la nación española. Otro no se entiende y nos llevaría a discursos tan absurdos como peligrosos, como se está viendo estos días en Cataluña. Pero habría que ser muy ingenuos para no comprender que el llamado procés terminará generando un acuerdo entre Madrid y Barcelona en el que se redistribuirán los pesos y privilegios territoriales y que, por lo tanto, Andalucía necesita generar un discurso que supere las diferencias de partido y que sirva para defender los intereses de nuestra comunidad en el conjunto de España. Sin pedir privilegios ni ventajas, pero sin permitir ser marginada ni ninguneada. Sólo desde un andalucismo integrador se puede conseguir.

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