Fin a una convivencia insostenible

La salida del Gobierno de Pablo Iglesias, que se había convertido en oposición interna a Pedro Sánchez, debiera servir para dar mayor estabilidad al Ejecutivo

La renuncia de Pablo Iglesias a continuar en el Gobierno para ser el candidato de Unidas Podemos en las elecciones a la Comunidad de Madrid puede parecer una sorpresa, pero también es una salida lógica a una convivencia insostenible en el seno del Gabinete de Pedro Sánchez, en el que es el primer Ejecutivo de coalición desde la reinstauración de la democracia. Por más carácter épico que el líder de Podemos le haya querido dar a su anuncio de que sale del Gobierno para ser candidato en las autonómicas madrileñas, lo relevante no es que deje de ser vicepresidente segundo porque es su deber de "antifascista", sino que ya no ejercerá más de opositor interno al Gabinete; de portavoz de la oposición desde el propio Consejo de Ministros. Además, el balance de su paso por el Ejecutivo se mide más por las tensiones creadas con otros departamentos que por algún logro en su gestión tras catorce meses como vicepresidente y ministro de Derechos Sociales y para la Agenda 2030. Ni siquiera la creación del Ingreso Mínimo Vital puede apuntarse como éxito, dado que su implantación ha sido un total fiasco que tiene a miles de españoles en situación precaria esperando a acceder a esa ayuda. Igleisas ha tenido continuos enfrentamientos con el bloque socialista del Gabinete en prácticamente todas las políticas desarrolladas desde que se pactó la coalición. Su salida, por tanto, del Gobierno debiera servir para dar mayor estabilidad y cohesión a éste. A ello puede contribuir que la Vicepresidencia que el pacto de investidura otorga a Unidas Podemos pase a ocuparla la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que sí ha tenido una gestión reseñable y se ha ganado el respeto de los agentes sociales en un momento tan complicado, también en términos económicos, como el generado por la pandemia. Un contexto que el propio Iglesias parece olvidar al hacer esta nueva cabriola. Cuesta entender que con la situación sanitaria creada por el coronavirus sin resolver y con las graves consecuencias económicas que las restricciones aplicadas han generado, la prioridad del líder de Podemos sea la decisión anunciada. Al menos, esa irresponsabilidad pone fin a una convivencia política insostenible.

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