España, tercer país de llegada del éxodo venezolano

El éxodo venezolano, inédito en Hispanoamérica, está causando problemas en Brasil, Ecuador y Colombia

España es el tercer país que más venezolanos tiene inscritos, después de Estados Unidos y de Colombia, el gran receptor. Pero lo que en los últimos meses había sido una corriente migratoria provocada por la penuria económica que el régimen de Nicolás Maduro ha impuesto a su país se ha convertido ahora en un verdadero éxodo que está poniendo a prueba la capacidad y solidaridad de los países vecinos. Se calcula que algo más de un millón y medio de venezolanos -el país tiene 31- habrían salido del país, pero ahora hay otra importante oleada que tiene problemas para alojarse en los estados vecinos. A través de Colombia, muchos migrantes pasan a Ecuador y a Perú. Ecuador les exige el pasaporte desde el pasado fin de semana, por lo que hay muchos migrantes varados en la frontera que quieren cruzar para llegar a Perú. Pero el país andino también aumentará sus exigencias dentro de unos días. Además de ello, se han producido disturbios en algunas poblaciones fronterizas de Brasil donde hay acampadas de venezolanos. Muchos de estos migrantes han tenido que volver a su país ante el cariz de la reacción de la población fronteriza. Las causas de este éxodo, inédito en Hispanoamérica, son la opresión política y el desastre económico que el régimen de Nicolás Maduro ha impuesto a sus nacionales. Forzado por una inflación que puede acabar este año en el millón por ciento, el régimen sustituye esta semana la moneda, que ahora pasará a llamarse bolívar soberano y que resulta, simple y trágicamente, de eliminar cinco ceros a los billetes actuales. Es decir, que el de 200.000 bolívares pasará a ser de dos. Venezuela sufre una crisis humanitaria, pero no hay visos de una posible solución, ya que el régimen no se avendrá a ninguna negociación que pase por democratizar el país, porque perdería su situación de monopolio del poder. Lejos de eso, el reciente y extraño intento de atentado contra Maduro se ha convertido en una nueva excusa para perseguir a los opositores. Ni la intervención de otros gobiernos vecinos ni la de líderes internacionales han evitado abrir este país, que sufre la misma tiranía izquierdista que Nicaragua y Cuba. El país centroamericano es otro foco de conflicto y de migración hacia los países vecinos. Entendemos que la comunidad internacional no puede mostrar ningún entendimiento con quienes se han convertido en tiranos populistas de alto peligro para sus pueblos. Los partidos de izquierdas europeos deben ser conscientes del saldo negativo que han dejado estos gobiernos populistas.

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