Tras años sin haber sido convocada, la Conferencia de Presidentes se reunirá, al fin, el próximo martes, justo en unos momentos en los que la cuestión territorial vuelve estar en primer plano debido al órdago independentista catalán. Entre las muchas cuestiones que se tratarán en este encuentro de los presidentes de las autonomías que componen el Estado español habrá un punto esencial para los intereses andaluces: la elaboración de un nuevo modelo de financiación territorial, ya que el actual parece no satisfacer prácticamente a nadie. En este apartado, la Junta pedirá más fondos para cumplir con los objetivos marcados por la Ley de Dependencia, una reivindicación justa y muy necesaria para miles de familias andaluzas. Actualmente, la Junta paga el 80% del gasto generado por la dependencia, cuando, según marca la ley, éste se debería compartir al 50% entre el Ejecutivo de Madrid y los autonómicos. El Gobierno central debe cumplir con la ley, subir sus aportaciones a la dependencia y no diluirlas, como pretende, en un apartado general de servicios sociales.

Pero, además de la financiación, se tratarán muchos otros temas importantes, como la educación, la protección civil o la movilidad de los funcionarios, entre otros. En general, es beneficioso que los presidentes de las regiones se coordinen con el Gobierno nacional en algunas cuestiones que son fundamentales para el futuro de España. Por eso, consideramos como acertada la pretensión de que la Conferencia se celebre anualmente y que sus acuerdos cuenten con un seguimiento por parte del Senado.

El punto negro de la convocatoria, una vez más, lo ponen el Gobierno vasco y el catalán, siempre deseosos de conseguir un trato diferenciado del resto de los territorios. El Gobierno debe ser en esto muy firme y hacer ver a Vitoria y a Barcelona que su no asistencia a la Conferencia sólo les puede rentar falta de peso político en el conjunto de España, y no lo contrario.