Andalucía no debe parar por las elecciones

Vox no debe añadir una incertidumbre andaluza a la inestabilidad nacional por un interés que está fuera de la comunidad

El Gobierno andaluz enviará alrededor del 14 de octubre el proyecto de ley de Presupuestos autonómicos. Se anticipará así dos semanas a lo establecido el Estatuto. El objetivo es sacar el debate principal de estas cuentas, que es el de totalidad, de la semana de la campaña de las elecciones generales del 10 de noviembre. En el Parlamento están representados los cinco principales partidos del país, pero la competencia que mantienen a nivel nacional no debe afectar al normal desarrollo legislativo de esta comunidad. En demasiadas ocasiones, se han mezclado la formación del Gobierno andaluz o el de los municipios con otras batallas que tienen lugar en otros ámbitos. En principio, los dos partidos que sostienen al Ejecutivo de Juanma Moreno ya tenían un acuerdo con Vox para sacar adelante los Presupuestos de 2020, pero parece que los de Santiago Abascal están cambiando de opinión y desean condicionarlo. Es legítimo que Vox exija más detalles, calendario y certezas sobre el cumplimiento de lo pactado, pero el debate de las cuentas no puede ser utilizado para hacer campaña electoral. Éste es el riesgo, que quiere tensar la negociación para llamar la atención sobre sus propuestas en unos momentos en que PP, Vox y Ciudadanos compiten por espacios comunes del electorado. Sería muy negativo para Andalucía que las cuentas fuesen rechazadas porque Vox se aliase en el empeño con el PSOE y Adelante Andalucía. Estos Presupuestos serán los primeros en los que la Junta entre en equilibrio, el déficit debe ser cero, lo que redundará en una mejora de la imagen de esta Administración en los mercados de deuda. Sólo eso se traducirá en un abaratamiento de los intereses y en una reducción automática del gasto. Una situación de estas características, inédita, no puede estropearse por la convocatoria de las elecciones generales, no es justo añadir más incertidumbre andaluza a la general. Tengamos en cuenta que, en el mejor de los casos, España no contará con unos Presupuestos Generales del Estado hasta cerca del verano, una anomalía que es más grave aún si se consideran los nubarrones que se ciernen sobre la economía mundial. Uno de los problemas de las cuentas andaluzas es, precisamente, la falta de un cuadro macroeconómico nacional que sirve de referente. Cuatro años de crisis política son demasiados, el 10 de noviembre dar una solución, pero no es conveniente añadir una inestabilidad gratuita en la Junta de Andalucía por intereses ajenos a esta comunidad.

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