Nuestra voz salva vidas

Los secuestros y asesinatos multitudinarios en el noreste de Nigeria son constantes

El virus lo está matando todo. A centenares de miles de personas y hasta nuestra mirada hacia el más allá de lo que ahora tenemos, solo, delante de nuestras posibilidades de supervivencia diaria. Estamos ciegos ante otras catástrofes que están aconteciendo en el mundo donde el virus es lo de menos porque los humanos son lo de más. Siguen ocurriendo atentados contra los derechos humanos, secuestros, que antes eran motivo de portada en los periódicos y en los que, ahora, ni siquiera dedicamos una sola página, un solo párrafo, una sola imagen en televisión. Nada cuesta a los periodistas, tan solo unos pocos segundos, poner en voz alta el secuestro de 333 niños de Nigeria a manos del grupo terrorista Boko Haram. Dicen que fueron liberados el pasado jueves después de haber negociado con el gobernador del país. A partir de aquí todo son dudas y emociones. La primera, la autenticidad del vídeo. Está grabado por Boko Haram, puesto que tiene su bandera por logotipo en un extremo de la pantalla. En él, se ve a un muchacho trémulo y llorando mientras trata de enviar un mensaje de auxilio cuyas palabras va repitiendo de una voz de un adulto que se escucha por detrás. Ese chaval tiene una edad difícil de determinar, pero no pasará de los doce años. Su rostro está cubierto de polvo al igual que las caras, labios y ropas de los otros niños que, agrupados tras él, permanecen ansiosos porque esa grabación les salve la vida. Desde que los secuestraron de la Escuela de Secundaria de Ciencias del Gobierno donde estudian, y los criminales los arrebataron violentamente, esas criaturas están sufriendo lo mismo que sus descorazonadas familias. Su inmensidad es la miseria, pero la dignidad de su vida inunda el inmenso espacio estelar. Los secuestros y asesinatos multitudinarios en el noreste de Nigeria son constantes. Aún no han aparecido ni han sido devueltas a sus hogares un centenar de niñas secuestradas hace siete años. Todo son dudas. Boko Haram, que había grabado el vídeo en el que obligaban al chico a reivindicar sus proclamas terroristas, y de haber reivindicado el secuestro, ahora dicen que fueron otros bandidos. El gobernador asegura que la devolución de los 333 niños ha sido gracias a una buena negociación en la que no se ha producido compensación económica. Los niños que han hablado cuentan que han visto cómo mataban a algunos compañeros. Esta es la realidad de lo que pasa más allá del virus. Que el virus no entierre la vida de quienes necesitan de nuestra atención.

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