Cámara subjetiva

ángeles Mora

Los votos y el paraíso

ESPAÑA es un país democrático muy singular, tanto que no quiere ni ver en el Parlamentoa los parlamentarios de Podemos, que con más de cinco millones de votos detrás, no parecen, sin embargo, ser muy dignos: los relega en la 'mesa del congreso', no quiere que presidan comisiones con 'peso' político, los mandaría con gusto al cuarto oscuro de los niños malos, en su lugar los manda al gallinero o al paraíso, que también se llama. Pero el paraíso no es para Podemos. Siendo los malos de la película, en el gallinero estarán tan a gusto, con sus rastas y coletas.

Tanto miedo a Podemos y a aceptar el protagonismo que los resultados electorales le otorgan parece sospechoso. Lademocracia exige pluralidad y no puede estar tan temerosa de que un partido que ha crecido por el impulso de tantos ciudadanos entre también en el juego político. En principio los políticos despreciaban a los 'desarrapados' de las plazas del 15M, y les pedían que se organizaran en un partido, si es que querían cambiar las cosas.

Y ahora que han hecho caso, que Podemos ha recogido la antorcha del 15M y ha entrado en la lucha política, no son bienvenidos… ¿en qué quedamos?

Atacar a Pablo Iglesias continuamente llevándolo a otros contextos que nadatienen que ver con el nuestro, no me parece muy democrático. Y echarle encima cantidad de prejuicios sobre cómo ibaa controlar la prensa, etc. es adelantarse demasiado. Y tener también bastante ceguera sobre lo que ha ocurrido últimamente entre nosotros con la prensa y la RTVE. Cada vez menos plural. Que todos los días alce la voz un viejo político, en plan dinosaurio, para denigrar un posible pacto de gobierno con Podemos, parece más bien temor a perder un campo de juego que se les va quedando pequeño.

Es normal que en una democracia existan diferentes maneras de ver las cosas y que convivan en la lucha política. Para eso se inventó la democracia frente a los totalitarismos. Es normal que sobre Podemos existan en nuestro país opiniones diversas y encontradas, porque también existen diferentes lugares de clase que conviven y deben convivir en una democracia.

Por eso creo que Podemos y sus votantes también tienen un sitio bajo el sol entre nosotros. No entiendo tanta aprensión de la vieja política, a no ser que en vez de perseguir la regeneración democrática que necesitamos, muchos políticos sólo teman perder el".

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