En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Qué vivan los inadaptados

Somos un grupo de cuatro inadaptados que hacen música para otros inadaptados". Esta frase es una de las afirmaciones lapidarias de alguien a quien admiro, con sus muchas virtudes y sus muchos defectos, el grandísimo Freddie Mercury, refiriéndose a su mítica banda, la que compartía con Brian May, Roger Taylor y John Deacon; o sea, a Queen. Inadaptado, qué bonita palabra que destila libertad con mayúsculas frente a un sistema político, económico, social y, si me apuran, a todos los niveles de la vida, a cuyos actores parece que sólo les vale sus respectivas maneras de pensar y que desconfían del equidistante. Cuando la equidistancia, en este caso sinónimo de inadaptación política, es asimismo un grito de libertad que debe ser respetado igualmente.

Desde esa equidistancia en la que creo firmemente, igual que sigo creyendo en la honestidad de los políticos, asisto a un panorama, el que ha surgido tras las elecciones andaluzas y que ha llegado para quedarse, que me da cierto temor. No, no me refiero a la irrupción de Vox, sino a sus efectos colaterales y a lo que ello está provocando con la agitación de las masas que de esa llegada hacen unos y otros -Vox incluido- buscando sus propios beneficios. Unos porque ven peligrar su pan, ese que llevan tantos años asegurándose viviendo a costa de unas siglas y sin haber dado un palo laboral al agua a costa de vivir de la política, y otros porque les ha tocado la lotería con los resultados electorales del pasado 2 de diciembre, a pesar de también haber perdido una morterada de votos, cuando tienen en su curriculum el haber dado los mismos palos laborales al agua que los anteriores.

Unos y otros con la aquiescencia de algún que otro medio de comunicación o periodistas afines resucitan con sus declaraciones y apariciones en los medios de comunicación la idea de enfrentamiento de las dos Españas cuando no saben o no se quieren dar cuenta de que en realidad siempre ha habido tres, la de los que están más a la derecha, la de los que están más a la izquierda y la de los que estamos en medio, a los que nos la rempampinfla esa guerra que no es la nuestra y que aunque queremos que nos de igual, como al resto de los españoles nos afecta de lleno. Y en medio de todo ello está el ciudadano de a pie, ese que unos y otros quieren sumar para sus causas y que, en realidad, sólo espera que el cambio que han prometido para Andalucía no sea a peor. Aviso a navegantes, o se esmeran en que ese cambio no deje cadáveres a su paso, sobre todo entre quienes siguen pasándolo muy mal económicamente, o igual para desgracia de todos acaban haciendo bueno aquello de que otros vendrán que a casi cuatro décadas de gobierno del PSOE en Andalucía buenas harán.

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