La vida vista

Félix Ruiz / Cardador /

Menos vermú y más Buñuel

TARDE de ambiente tabernario en el Congreso, con aplausos ditirámbicos y pedorretas destempladas, como si sus señorías, por eso de ser viernes, se hubiesen excedido un tanto a la hora del madrileñísimo vermú. No cambió eso lo consabido -que a Pedro Sánchez La Moncloa le queda lejos-, pero sí que ratificó la sensación de que en esta legislatura, que huele a fiambre desde la misma cuna, la política patria amenaza con aumentar sus ya amplias dosis de trivialidad y cinismo. Extraño en un país que anda a la deriva, pero es lo que hay, este aquelarre: Mariano Rajoy a la contra, feliciano y sardónico; Pablo Iglesias con ese aire chufla de vendedor del teletienda; Sánchez en plan Espartaco Santoni decadente y Albert Rivera, el único que se tomaba el asunto algo en serio, tratando de ponerse el traje de Adolfo Suárez, que en tiempos tontorrucios como estos le queda grande. Únase a ellos al sin par presidente del Congreso, Patxi López, y al histriónico catalán de Esquerra Joan Tardá protagonizando una versión castiza de No me chilles que no te veo (por no decir de Dos tontos muy tontos) y ya tenemos completo el escenario de la peliculilla que salió del 20D. Humor negro al cabo el de buena parte de sus señorías, incapaces de salir del bucle y felices en el sueldazo. Pero más humor negro, y entiendo que merecido, sería que el guión se hubiese tornado anoche sombrío, como en aquella película de Buñuel, El ángel exterminador, en la que un grupo de burgueses se quedaban encerrado en una mansión sin que se supiese el motivo. También nuestros diputados deberían haberse quedado allí anoche en el Congreso, pero sin cámaras, ellos solos, en clausura, para ver si así dejaban a un lado su amor el show del veto y el contraveto y alcanzaban un acuerdo que permita al país salir de este laberinto patético que amenaza con paralizar a una nación que tiene tantas tareas pendientes que miedo da pensarlo. Ovejas recuerdo que salían en el filme del aragonés, ovejas que recorrían el caserón, y también aquí hay ovejas, y me temo que somos nosotros. Buñuel, tipo listo, y asperón: en su cine estaba casi todo.

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