Las vacaciones

El derecho a las vacaciones no implica "que es correcto" disfrutarlas en todo caso

Desde que la pandemia se instaló entre nosotros, resulta cuasi de imposibilidad metafísica topar con alguna buena noticia. Pero, como las meigas gallegas, "haberlas haylas". Una prueba: Hace tan solo unos días, este periódico publicaba noticia del siguiente titular: "Más de 160 médicos jubilados de Córdoba se han ofrecido como voluntarios para luchar contra el covid-19".

Obviamente, las decisiones políticas -que no sanitarias- no están contribuyendo a aumentar el prestigio de nuestros facultativos sino más bien todo lo contrario. Pese a esta circunstancia, agradecemos, valoramos, reconocemos… el esfuerzo que, en general -y salvo raras excepciones, que nunca faltan- vienen en desarrollar los dichos facultativos.

Especial reconocimiento merecen -a juicio de Las Tendillas- los médicos a los que alude la noticia objeto de este comentario que, en un alarde de solidaridad y entrega, lo están dejado todo para prestar la ayuda que todos precisamos en la lucha contra el covid-19.

Y, mientras unos renuncian a sus merecidas vacaciones, no faltan quienes se van. Entre ellos, algunos médicos. E incluso, el propio responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que sostiene que tanto sus vacaciones como las de los médicos fueron obtenidas dentro de la más estricta legalidad. Y constituyen -según él- un Derecho de los trabajadores. En consecuencia, es de justicia que las disfruten.

El apoyar unas vacaciones de médicos durante una situación extraordinaria de pandemia no puede efectuarse sin incurrir en solemnísima injusticia:

Es principio jurídico, indiscutible entre los tratadistas de las distintas ramas de Derecho, que "La justicia es la voluntad constante y perpetua de dar a cada hombre lo que merece". Consecuentemente, "cada hombre" que no recibió los cuidados médicos… "…que merece" fue, es o será víctima de tratamiento injusto.

Se equivoca el señor Simón. Porque la justicia no consiste en repartir "vacaciones" (como churros). De forma imperativa, (la justicia) ha de apoyarse en decisiones en las que concurra la ética. Cualidad ésta que, como ya afirmara Potter Stewart, ex Juez Asociado de la Corte Suprema de Estados Unidos, nos permite conocer de la "…la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto hacer". Ello supuesto, el derecho a las vacaciones no implica "que es correcto" disfrutarlas en todo caso.

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