Las urnas del hormiguero

Los informativos le dan más seguridad a los políticos que un programa como 'El hormiguero'

Da la sensación de que aquellos que el pasado jueves vimos la entrevista de Pablo Motos a Santiago Abascal estuviéramos votándole cual urna colocada en una mesa de cualquier colegio electoral o adelantándole nuestro voto por correo. Pareciera como si los 4.049.000 espectadores que convertimos en segundo récord de audiencia histórica al programa diario más visto de la televisión (el primero fue la entrevista a Pantoja) hubiéramos trasladado nuestra decisión en una papeleta sin retorno. Cuando se realiza una entrevista en televisión a un político suele estar enmarcada dentro de un programa informativo. Esto ha llevado a que muchas personas, muchos compañeros de profesión, critiquen a Motos por entrevistar a políticos. En el fondo, interpreto de estas críticas, el celo de no haberlo conseguido otros. El hecho de estar dentro de un informativo les da más seguridad a los políticos porque se ven dentro de unas premisas establecidas. Hay una preferencia de enviar a los políticos a programas informativos antes que a los de entretenimiento donde, como contó Santiago Abascal, su madre no le recomendó ir el año pasado porque "iba a hacer el ridículo". Esa creencia se extiende demasiado. Dejarse realizar una entrevista en un programa de estas características les supone, a la mayoría de los políticos, padecer más miedo a la exposición televisiva que en otro foro. Se sienten más seguros lanzando doctrinas desde un atril en cualquier pueblo de España y por todos ellos a permanecer sentados una hora en un plató de televisión de un programa como es el caso de El Hormiguero. Como espectadora y profesional del medio, diré que a nivel de producción es un auténtico éxito el poder de convocatoria que el equipo de Atresmedia ha alcanzado. Y por parte de los políticos, deben empezar a preparase para dar la cara, de cerca, a quienes quieren que les voten. A Abascal se le secó la boca en varias ocasiones. No tanto porque nunca nadie le hubiera preguntado sobre el aborto, la eutanasia o por qué tiene una pistola en casa, sino porque sentado en esa mesa tienes a un metro de ti a cuatro o cinco cámaras de televisión cuyo objetivo es el ojo crítico y analítico de millones de personas. Todas analizándote cada gesto, tus dientes, tu mirada, tus palabras, la lectura corporal, tus silencios, tus dudas… Es un examen para conocer de cerca a una persona que decidirá por ti en caso de que conquiste tu voto. Cuando vemos El Hormiguero no votamos, en todo caso, conocemos mejor a quienes pretenden liderar nuestro país.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios