PARECE la campaña de imagen de cualquier institución en la víspera de unas elecciones, pero no es así. Lo que en un principio era una idea y cuatro líneas trazadas sobre el papel comienza a coger cuerpo, a tomar forma y a ver que puede ser una realidad si hay voluntad de que lo sea. A partir de ahora, en cambio, comienza el periodo más difícil, pues hay que reunir a varias partes, ponerlas de acuerdo, garantizarles que todas van a salir en la foto, tocarles los bolsillos y ponerse a trabajar. Así, sin más. Si es realmente factible un tranvía en Córdoba y se demuestra que hay demanda para ello no hay que eternizarse en ver quién se va a colgar la medalla, sino poner la ciudad patas arriba para que esta iniciativa sea una realidad cuanto antes. Si, finalmente, surgen las tensiones y los recortes económicos amenazan la iniciativa, es mejor que se guarden el proyecto antes que tener un tranvía con catenarias decimonónicas.
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