Desde la ribera

Luis J. Pérez-Bustamante

La senda de los Patios

DE la multitud de imágenes que nos dejó la declaración de los Patios como Patrimonio Intangible de la Humanidad el jueves pasado me quedo con una: la unidad política en torno a un objetivo común. La verdad es que da alegría ver que quienes están llamados a sacar esta ciudad hacia adelante son capaces por una vez de ponerse de acuerdo. Es verdad que la foto era fácil y golosa y ningún cargo público quería perdérsela, aunque eso supusiera ir dos veces al mismo sitio en pocas horas. Y eso que los protagonistas reales eran otros, esos a los que quisimos rendir tributo desde la portada de este periódico; esos que no salen casi nunca, porque ellos son quienes realmente nos han dado este reconocimiento de la humanidad. Los otros ya salen mucho, demasiado a veces, aunque insisto en que verlos a todos lanzando un mensaje común me gustó.

¿Y por qué, entonces, no vemos más fotos así? La imagen de los patios es blanca, no tiene aristas ni puntos de tensión excesiva, cierto, pero quizás esta ciudad necesite de otras imágenes del mismo estilo en materias más relevantes -sin ánimo de ofender-. Si Córdoba tiene casi 100.000 parados, la mitad de ellos en la capital, un tejido industrial inexistente y más bien pocas alternativas de futuro, se me ocurre que los ciudadanos deberíamos exigir a los mismos que posaron el otro día mucho más. Si la ciudad no está en los planes prioritarios de promoción turística de la Junta, si el Palacio de Congresos/Centro de Convenciones es más entelequia que realidad, si la ampliación del aeropuerto se va a ir por el sumidero, si.... ¿Por qué tenemos que tragarnos los ciudadanos más imágenes así?. ¿Por qué no pararnos ante esa tentación tan política de posar en armonía sólo cuando hay un medio en medio?

Las fiestas y celebraciones están bien, son necesarias para el espíritu y dan de comer a muchos que viven de organizarlas y servirlas, pero Córdoba necesita más. Requiere que quienes nos representan, sean del color que sean, lo hagan de verdad. Que ejerzan de solucionadores de problemas y no de creadores de otros nuevos. Que asuman sus errores, como Gobierno y como oposición, y que piensen en la cantidad de gente que lo esta pasando realmente mal. Que se olviden de esos debates estériles y vanos que llenan las sesiones plenarias y los titulares de los medios para darle prioridad a lo que es perentorio. Arreglar este desastre en el que vivimos sí que merece una foto de grupo, que vendría acompañada de una tremenda ovación y incluso yo pagaría los medios. Los Patios son un buen comienzo, a ver si le cogen el gusto y no son también en mejor final.

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