Mensaje en la botella

La semana de la marmota presupuestaria

Nadie es capaz de plantear proyectos nuevos para Córdoba que generen algo de ilusión

La historia de siempre. Cada vez que hay novedades sobre los Presupuestos Generales del Estado (PGE) entramos en la misma espiral. En esta ocasión se trata de las primeras cuentas que presenta el Ejecutivo de Pedro Sánchez, pero nada, ni por esas. Córdoba se mantiene en la misma posición, la del casi total ostracismo por parte del Gobierno central. O lo que es lo mismo, lo que pase en esta tierra tiene escaso valor para los que están en Madrid y da igual que tengamos un secretario de estado, un ministro o una vicepresidenta. Supongo que el lector también estará ya harto de los mismos análisis, que un año tras otro todos los que de alguna manera expresamos nuestra opinión sobre el trato que recibe la provincia en las cuentas del Estado digamos prácticamente lo mismo. Es como el día de la marmota, sólo que en esta ocasión se repite lo mismo a lo largo de una semana, tiempo durante el que unos tratan de quitar importancia al ninguneo del Estado y otros se rasgan las vestiduras como si de verdad les importara el asunto.

No obstante, sí se observan algunos matices respecto a años anteriores, más por vergüenza que por convicción, creo yo, en el sentido de que quienes apoyan al Gobierno de Sánchez -en este caso el PSOE- han escenificado algún gesto de que se podía haber tenido más sensibilidad con esta tierra. La más clara en este sentido ha sido la alcaldesa -si bien es verdad es que no le quedaba otra tras ver los números- al asegurar que las partidas para la capital son mejorables e insuficientes para las necesidades históricas que arrastramos. En cuanto a los que están ahora en la oposición -el PP- pues bien podrían haberse tapado un poco, porque tras los años en los que su gobierno nos ha dejado a la cola de España, es poco serio rasgarse las vestiduras, tan poco serio como que nuestra subdelegada -mujer sensata casi siempre- venga a decir que los Presupuestos del Estado "no son continuistas", una afirmación que se cae por si sola si se echa un vistazo a proyectos anteriores.

Y mientras, aquí seguimos en esta Córdoba nuestra. Corroborando que tenemos uno de los barrios más pobres de España, como es el Sector Sur. Que nuestra posición logística no le interesa a casi nadie o que si nada cambia vamos a tardar años en ver en pie las nuevas comisarías o las estaciones del mal llamado Cercanías, por no hablar del desdoble de la N-432. Porque el problema de la provincia no está sólo en el ninguneo permanente de los gobiernos -ya sea el central o el autonómico-, sino en que mientras que ese olvido se plasma en los papeles cada año, nadie es capaz de plantear proyectos nuevos, iniciativas o infraestructuras que al menos generen alguna expectativa y, si me apuran, hasta ilusión. Córdoba, tan lejana y sola como siempre e ignorada durante demasiados años. Pero que nadie se asuste, que la marmota volverá el invierno que viene. Esperemos que con mejores augurios.

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