La risa del entrevistado

Podemos concluir que la correcta utilización del sustantivo al que aludimos, "risa", constituye motivo de preocupación. De todos.

La importancia -y trascendencia- del sustantivo con el que encabezamos esta "opinión" merece -a juicio del autor de la misma- una miaja de atención. Y ello, por un interminable rosario razones que, a fin de no cansar la atención del lector, tratamos de resumir:

Obviamente, en el término "risa" -objeto de este comentario crítico- el autor de la publicación incluye el término "sonrisas", habida cuenta de su condición de derivado: De la "risa".

La Academia atribuye al término en cuestión una auténtica cascada de acepciones. La primera de las cuales, una vez cortada y pegada, reza del siguiente tenor: "1. f. Movimiento de la boca y otras partes del rostro, que demuestra alegría".

Por otra parte, los lectores de este periódico tuvimos la oportunidad, hace tan solo unos días, de disfrutar de "Tribuna" que, en su edición del viernes de la pasada semana, publicaba el Día de Córdoba, suscrita por don Emilio Jesús Rodríguez-Villegas, con el título "Risas y sonrisas".

Mediante la dicha publicación, el autor de la misma -que no precisa de presentación por su condición de prestigioso abogado y escritor- nos deleitaba con minucioso análisis de la… "Risa y sonrisa" en general.

Es decir: Podemos -y debemos- concluir que la correcta utilización del sustantivo al que aludimos, "risa", constituye motivo de preocupación. De todos. Y no solo de la Autoridad Académica sino también de técnicos y expertos por completo ajenos al dicho Instituto, como es el caso de don Emilio.

Nos queda por ver si, en efecto, la… "preocupación" referida ha de procurar una más correcta utilización de la "risa".

Más concretamente -y por razones que no viene al caso explicar- el autor Las Tendillas pudo comprobar (por percepción directa) el rotundo fracaso de un entrevistado aspirante a un puesto de trabajo. En su afán de causar buena impresión, el dicho aspirante se reía por todo. En consecuencia (se reía) más de lo necesario.

Sucede que todo quisque se preocupa de saber como se limpian los dientes. Por el saber reírse la preocupación es menor. Por ello, no resulta infrecuente confundir la risa -movimiento de la boca que trae causa de un alegrón- con un mero recurso estilístico, de fabricación casera en beneficio del propio entrevistado.

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