Respeto a según qué jueces

07 de septiembre 2025 - 03:09

Hace casi año y medio, cuando Pedro Sánchez se retiró a meditar si dimitía o se quedaba porque su mujer –de la que está profundamente enamorado– estaba siendo investigada por presunta corrupción, escribí algo parecido a esto: no tiene que dimitir en absoluto, basta con que manifieste convicción en la inocencia de su esposa y exprese confianza en la Justicia.

Pronto se comprendió que el amago de dimisión era un teatro orientado a galvanizar a la alicaída militancia socialista, con discutible resultado, victimizarse como Timonel del progreso injustamente atacado y trasladar la idea de que hay jueces que actúan por motivaciones políticas, idea que ya estaba explícitamente reconocida en el pacto con Junts para su investidura y la amnistía: los independentistas no fueron reprimidos y condenados por graves delitos de sedición ni por atentar contra la Constitución, sino por sus ideas políticas).

La dimisión no iba en serio. Ni entonces ni hace unas semanas, cuando volvió a planteársela, según confiesa, tras conocer, sorprendido e impactado, las actividades corruptas de sus dos secretarios de Organización sucesivos. Tampoco ha ido en serio, por lo que se ve, su confianza en la Justicia. La repite en el Congreso, generalmente compungido, pero en cuanto ha concedido una entrevista, después de catorce meses de burbuja, le ha salido su auténtico pensamiento: “Hay jueces haciendo política que no cumplen la ley”.

¿Qué jueces? Aunque no da nombres, lo explica: los jueces que instruyen diligencias contra sus familiares (su mujer y su hermano), que están siendo sometidos a la pena de telediario y que “están pagando por el mero hecho de ser familiares míos”. Es decir, hay jueces que no persiguen a Begoña Gómez y David Sánchez porque haya indicios de que han podido cometer delitos de corrupción o tráfico de influencias, sino por la inquina personal o la enemistad política contra el presidente del Gobierno, que es lo que guiaría su actuación. Lo más parecido a una acusación de prevaricación. Lo mismo que Trump, Bolsonaro y Milei. Y algo peor: la petición pública al Poder Judicial de que meta mano y sancione a este jueces venales.

Se extralimita Pedro Sánchez. ¿Qué cabía que hiciera? Lo ya dicho: expresar su total confianza en la honradez de su esposa y su hermano, defender su inocencia cada vez que le pregunten y callarse hasta que la Justicia hable. No interferir en el Poder Judicial, que es independiente, ni pedir castigos a según qué jueces.

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