Mensaje en la botella

La realidad de Córdoba que nadie quiere ver

Tenemos cinco barrios entre los 15 más pobres y una tasa de paro que es insoportable

Estábamos en esta Córdoba nuestra pendientes de algunas cosas. La primera, sin lugar a dudas, de la pandemia. Hay optimismo, porque la vacunación funciona, cada vez es mayor el número de personas protegidas y a este paso se alcanzará más pronto que tarde la llamada inmunidad de grupo o rebaño. También sacamos pecho del logro de la base logística del Ejército de Tierra, y aunque la polémica generada en Jaén sigue activa, por aquí andamos echando cuentas de los empleos que generará y lo que supondrá para toda la ciudad un proyecto de estas características. Y en los últimos días se ha sumado el anuncio del posible aterrizaje de Amazon en Córdoba con una planta de la que ya veremos en qué condiciones viene y dónde.

Y mientras las buenas noticias nos animaban tras un año y medio muy duro, llega el Instituto Nacional de Estadística y nos da un bofetón de esos que duelen, de los que te ponen los pies en la tierra y hacen cuestionarte qué estamos haciendo o dejando de hacer. En resumen, el informe del INE viene a decir que en Córdoba hay ya cinco barrios que están entre los 15 más pobres de toda España. Es un triste ranking en el que estamos presentes desde hace muchos años, pero en el que en esta ocasión hemos añadido una nueva zona desfavorecida. Así, a la situación que no mejora -e incluso empeora- en Las Palmeras, Moreras, Sector Sur y Guadalquivir, se une ahora la barriada periférica de El Higuerón, que pasa formar parte de este vergonzante listado. ¿Razones? Pues muchas, pero no cabe duda que los efectos de la crisis sanitaria han hecho estragos en este núcleo de la capital. Y otro dato más, el INE nos recuerda que, con un 27%, Córdoba es la segunda ciudad del país con la tasa de paro más alta.

Tampoco se puede olvidar que no se trata de una situación excepcional de la capital, sino que esa dura realidad que nadie quiere ver de desarraigo social también se arrastra en otras zonas de la provincia, como Baena y Puente Genil, por poner dos ejemplos.

Lo preocupante es que ese estudio se hizo público hace ya varios días y, desde entonces, no se ha escuchado ni una sola declaración sobre las cifras que aporta, ni por parte de los que gobiernan ni por los que están en la oposición. Tal vez todos tengan demasiadas cosas que callar y de las que sonrojarse, pero la gravedad del asunto merecía al menos una reflexión ante los cordobeses, ya sea para proponer soluciones o para asumir que son incapaces de plantear una salida.

Pero no, aquí cada uno sigue a lo suyo, pavoneándose en las redes sociales -eso se les da muy bien, sobre todo para evitar preguntas incómodas de la prensa- y vanagloriándose de lo bien que lo hacen. Al final, el paso de los días esconderá el debate de la pobreza en Córdoba, al menos para los políticos, a la espera de que el informe del año que viene nos saque los colores de nuevo. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

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