Mensaje en la botella

Todos tienen razón

La salud, junto a la educación, debe ser una prioridad para cualquier gobierno

El Ayusogate lo ha nublado todo en los últimos días. Y eso que en Córdoba han ocurrido cosas que merecen un análisis, pero insisto, la guerra abierta en el PP nacional entre Pablo Casado y la todavía presidenta de la Comunidad de Madrid ha dejado en un segundo plano cuestiones como el problema de la sequía, la situación asfixiante del campo andaluz o los coletazos que sigue dejando la pandemia, sobre todo por el alto número de fallecimientos. Por no profundizar más en la polémica del PP, solo recordar que por esta Córdoba nuestra ya vimos un episodio parecido -salvando las distancias y los motivos- hace ahora 20 años, cuando por orden suprema se acordó fulminar al entonces presidente provincial de los populares, Enrique Bellido, en una maniobra un tanto maloliente para que otros llevaran las riendas del partido. Por cierto, de aquel grupo de serviles que ejecutaron la traición, la mayoría sigue viviendo a costa del erario público dos décadas después. Así que no les salió mal del todo la jugada, para sus intereses, claro.

Pero, volviendo a lo importante, ayer salieron a la calle miles de personas para reclamar una sanidad pública mejor. Lo hicieron convocados por los sindicatos UGT y CCOO, aunque a nadie escapa que ambos han sido el instrumento de los partidos de la izquierda para dar la sensación de que es la sociedad civil la que se moviliza. En cualquier caso, hay argumentos más que suficientes para reclamar al Gobierno andaluz de PP y Cs unas prestaciones sanitarias de más calidad, porque la Atención Primaria se ha descuidado en exceso y las condiciones de quienes trabajan en ella se han ido deteriorando poco a poco. La salud, junto a la educación, debe ser una prioridad para cualquier gobierno y, en este caso, el toque de atención al Ejecutivo autonómico debe ser, cuanto menos, objeto de una revisión profunda, porque no se ha avanzado todo lo que se prometió en un principio, sobre todo cuando el coronavirus ha sacado a la luz todas las deficiencias de nuestro modelo sanitario.

Solo unas horas antes de que unas 3.500 personas reclamaran todo eso en la capital, el consejero de Salud, el cordobés Jesús Aguirre, aseguraba que "aquellos que se esconden detrás de la pancarta son los causantes del deterioro del Sistema Sanitario Público de Andalucía hasta 2019", en clara referencia al PSOE. Y no va mal encaminado Aguirre, ya que los problemas en la sanidad pública no son nuevos, sino que se vienen arrastrando desde hace años, cuando los socialistas decidieron desde la Junta aplicar un programa de recortes tan brutal e injusto que, quizás, es uno de los motivos por los que tuvieron que salir del gobierno tras más de 36 años en el poder.

Así la cosas, se puede concluir que ambos -PSOE y PP- tienen razón. O, tal vez, ninguno de los dos. Para lo que no están ya a estas alturas es para dar lecciones a los demás. Hasta ahí podríamos llegar.

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