Veredas livianas

Noelia Santos

nsgemez@eldiadecordoba.com

La primavera en octubre

Cuidemos el legado que es cultural y social y no turístico como ellos y ellas cuidan a sus flores

Volverán a relucir los cuidados sobre una maceta mimada por las manos de quien muestra en mayo el trabajo incansable de mantener la vida entre esas cuatro paredes encaladas. Cerraron a cal y canto por el virus y nos perdimos el estallido de la primavera que en Córdoba es el estallido de la fiesta. Estuvieron más tranquilos y tranquilas, eso seguro, e hicieron lo de siempre: cuidar, cuidar y cuidar, pero en esta ocasión no había nadie para verlo.

Octubre salvará este año la belleza con la apertura de los Patios, con condiciones, claro. Lo hará si nos portamos bien, si cumplimos con el mandato de ponernos una mascarilla, algo que no parece tan difícil aunque a algunos les resulte una odisea.

No se salvan las Cruces, ni la Feria, pero sí los Patios. Lógico. Salvamos lo que nos define, lo que nos mantiene (emocional y económicamente), lo que nos da más motivos para presumir. Trasladamos la esperanza al último cuatrimestre del año, qué raro es todo esto. No nos conformamos con las visitas virtuales en 360 grados porque la experiencia no es únicamente visual, y aquí eso lo sabemos de sobra.

Pero vamos a tener cuidado, no solo por el virus, sino por ellos y por ellas. Por la Fiesta, para que no caigamos en errores del pasado, tan presentes todavía en esas ganas que tienen algunos de volver a llenar nuestras calles de excursionistas de bocadillo y autocar. Vamos a no volcarnos en lo mismo de siempre, evitemos depositar las esperanzas en algo que es bonito porque es lo de siempre, pero que puede desaparecer si no somos capaces de hacerlo como nunca.

Mimemos a la Fiesta sin condiciones, sin pensar en pandemias, como si no existieran. Cuidemos el legado que es cultural y social y no turístico como ellos y ellas cuidan a sus flores. Pensemos en la Fiesta como patrimonio y no como un cajero y volvamos a darnos cuentas de que nos abrirán sus puertas sin conocernos de nada.

Estemos a la altura de las circunstancias, todos y cada uno de nosotros, especialmente la Administración y muy por encima del resto quien se beneficia sin poner ni un duro (salvo contadísimas excepciones). Vamos a hacerlo bien, intentemos salvaguardar esta herencia perenne, admiremos los cuidados con más mimo que nunca. A Córdoba la primavera llegará en octubre, sepamos disfrutarla.

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