Mensaje en la botella

De porteros y colegios

Este personal es una parte importante de eso que se llama comunidad educativa

La posible externalización o privatización de los porteros de los colegios de Córdoba ha abierto un nuevo frente en el Ayuntamiento de la ciudad. El cogobierno de PP y Cs ha planteado que una empresa o una entidad social se haga cargo del servicio, mientras que algunos grupos de la oposición y sindicatos muestran su desacuerdo. También ha habido una recogida de firmas por parte de colectivos de familias en contra de la medida.

Hasta el alcalde de Córdoba, José María Bellido, ha dicho que "creo que es una solución de sentido común, que a lo mejor lo que tenemos es que explicarla mejor", e incluso abre la puerta a que todo siga como está. Dice la Academia de la Lengua Española, en la primera de las acepciones, que un portero es el "empleado que se encarga de la vigilancia de la puerta de un edificio o una empresa y que además puede tener otras funciones". Por lo visto, oído y leído en medios y redes sociales en los últimos días, me da la sensación de que nuestros gobernantes locales, y también los sindicatos, se han quedado en la primera frase del significado de la palabra y que desconocen lo de que "y que además puede realizar otras funciones". Vamos, que ni idea de lo que es. O eso parece.

Los que tienen o hemos tenido hijos en los centros públicos de Córdoba sabemos de primera mano que el portero del colegio no es solo la persona que se encarga de abrir o cerrar una puerta a las horas de entrar y salir del edificio. Hacen muchas más cosas, hasta el punto de convertirse en una parte importante de eso que se denomina comunidad educativa. Y tampoco, como critican algunos, es que se dediquen además a hacer fotocopias y una serie de tareas administrativas que no les corresponden. No.

Tal vez, el problema está en que el trabajo real que realiza este personal no está específicamente delimitado en esos documentos de las Relaciones de Puestos de Trabajo (RPT) de las administraciones, ni en los convenios laborales. Porque sus funciones trascienden todo eso y en muchas ocasiones no es algo tangible o que se pueda medir. Que se lo pregunten a esas niñas y niños que en sus primeros días en el cole reciben un comentario de complicidad para rebajar sus miedos. Esos porteros que saben a quién acercarse para que se tome la merienda en el recreo, que se preocupan desde la pelota que está desinflada hasta del alumno que está enfermo. Profesionales que son el apoyo para muchos docentes, equipos directivos y asociaciones de padres y madres.

Guste o no, son colaboradores necesarios para el buen funcionamiento de los colegios, con una dedicación que, como digo, no siempre está regulada en un contrato o en una normativa. Por eso, si hay una necesidad de cambiar el sistema, también habría que tener en cuenta ese trabajo callado y cargado de sensibilidad que realizan los porteros. Busquen, comparen y si encuentran algo mejor... pues explíquenlo bien.

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