Tinta y borrones

La política

Resulta llamativo que de todos los proceso de renovación haya sido el de IU el más pacífico y tranquilo

La política, ay la política, puede sacar lo mejor y lo peor de cada uno cuando las cosas no pintan muy bien. Y que las cosas no pinten muy bien para un político puede ser, simplemente, que haya riesgo de perder el sillón. Los tiras y aflojas que se ven en todos los partidos cada vez que llegan procesos de renovación son todo un espectáculo y llama la atención que en estos últimos mese en los que ha habido congresos tanto en el PP como en IU y en el PSOE haya sido precisamente la federación de izquierdas la que haya pasado este trámite sin media polémica. No sabemos muy bien qué habrá hecho Pedro García pero, al César lo que es del César y lo cierto es que ha revalidado su puesto como coordinador general en IU sin una voz en contra ni ninguna puñalada, al menos de cara a los medios de comunicación. En IU ni se lo creían pues hace décadas que no pasaba algo así.

En el Partido Popular, acostumbrado a que las voces discordantes no se vayan de madre, saltaron las alarmas con el arrebato de Rosario Alarcón de disputarle la presidencia a Adolfo Molina, el candidato de consenso designado por José Antonio Nieto. Lo cierto es que el PP lo tenía todo a favor para que se liara una crisis gorda, pero parece que, por el momento, ha habido una transición ejemplar pese a todo lo que significaba dejar atrás la era Nieto.

Este fin de semana le tocó el turno al PSOE y en la manzana de Adán -local en el que se celebró el 14 congreso de los socialistas- no rodaron cabezas, pero casi. Resulta que el secretario general electo, Antonio Ruiz, llevaba un as en la manga para, en teoría, cumplir su pacto con Rafi Crespín y dejarla como secretaria de Organización. Lo que no le había dicho es que había creado un cargo de Vicesecretaría general -el verdadero número dos del partido-que era para Dolores Amo. La indignación estalló entre los partidarios de Crespín y lo que allí se vivió, en fin, fue más propio de House of Cards. Finalmente la delegada del Gobierno, que queda más que en entredicho después de esta jugada -tampoco ha conseguido colocar en la ejecutiva a la lista de 17 personas que había propuesto- consintió hacerse la foto de familia feliz con Ruiz y Amo después de haber sido la gran perjudicada, incluso, engañada.

La política es así, por eso cada vez los ciudadanos están más alejados de ella y la consideran un problema más que parte de la solución a los problemas. Y los políticos siguen sin aprender.

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