Mensaje en la botella

No está el patio para espectáculos

El mes de enero llega a su ecuador y el Ayuntamiento de Córdoba continúa sin presupuestos. No es que se trate de una situación desastrosa, pero con el calendario en la mano sería conveniente un poco de reflexión al respecto y no perder el tiempo en divagaciones, teatrillos como dicen algunos y diálogos de sordos. Vaya por delante que la intención del equipo de gobierno de PSOE e IU era la de tener las cuentas con el visto bueno del Pleno ante de que acabara el año, si bien parece que nadie ha reparado -o no ha querido- en que ambos socios no cuentan con la mayoría suficiente como para sacar adelante una propuesta por si solos. Que necesitan el apoyo de Ganemos Córdoba o de -cosa poco probable- de otra formación es algo más que sabido, por lo que cuesta entender tanta demora en tratar de consensuar los votos necesarios para ello.

Insisto en que en realidad poco va a influir -o sí- el hecho de que la ciudad cuente con un presupuesto para 2017 en enero o en diciembre del pasado ejercicio, pero hay cuestiones que por pura lógica se deberían evitar, por imagen de la propia institución y por la sensación que se transmite a los ciudadanos. Resultaría muy complicado imaginar un escenario en el que Ganemos Córdoba vote en contra del proyecto económico del cogobierno, por aquello de que de inmediato se le acusaría de alinearse con las formaciones más conservadoras del plenario y de echar por tierra aquel acuerdo de gobernabilidad que parecía que acabaría en tripartito y que al final se quedó en algo que no se sabe muy bien qué es. Digo esto porque la agrupación de electores ha desistido ya -ha tardado en darse cuenta- en su aspiración de formar parte del equipo de gobierno. Se le escapó el tren y ni unos ni otros están por la labor de hacerle un hueco en la mesa, sobre todo tras la remodelación llevada a cabo hace algunos meses.

La duda ahora es saber si, una vez que se han dado de bruces con la realidad, van a castigar a sus hasta ahora socios de PSOE e IU o van a posicionarse donde casi todo el mundo espera, es decir, haciendo como que presionan hasta el último minuto y luego dando un sí al proyecto económico del cogobierno. Todos esos gestos estarían muy bien a final de año, pero no ahora, cuando lo que urge es que el Ayuntamiento comience de inmediato al desarrollo de proyectos. El martes sabremos si todo es una puesta en escena o se trata de algo más serio, cuando todo el mundo en el Pleno se tenga que retratar respecto a las cuentas. Hasta entonces, seguro que habrá más de un encuentro e intento de acercamiento, pero lo que cuesta digerir es que mientras que en el cogobierno se habla de pequeños flecos en Ganemos se diga que hay escollos difíciles de salvar.

Aunque legítimamente cada grupo trata de defender lo suyo y lo que considera más adecuado para la ciudad, en lo que sí deberían pensar todos -unos claro está con más responsabilidad que otros- es en que todo lo que sea dejar pasar el tiempo va en contra de los intereses generales y que no está el patio para espectáculos inútiles. Que no es tiempo para entretenerse, sino de trabajar con compromiso.

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