Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

El paso del Estrecho

Los CIE están ahora cerrados y el presidente de la Junta ha pedido al Gobierno un protocolo de actuación

Todos los veranos alrededor de 3 millones de personas, entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, atraviesan con sus vehículos España para disfrutar de sus vacaciones en el norte de África, de donde son originarios, y su viaje es también de vuelta, cuando sus vacaciones terminan. De ellos, casi el 80% cruzan el Estrecho desde puertos gaditanos. Vienen de trabajar en países europeos, como Francia, Bélgica y Países Bajos. Estos son los viajeros legales, pero además otros, aprovechando la mar en calma del Estrecho y del Mar de Alborán, vienen en pateras. A estos, cuando se les detiene se les hace la prueba PCR y permanecen 72 horas bajo el control de la autoridad, y después se hacen cargo de ellos organizaciones no gubernamentales. Los CIE están ahora cerrados y el presidente de la Junta ha pedido al Gobierno un protocolo de actuación en el que se contemplen espacios para hacer pruebas y aislar a los contagiados y a los que hayan viajados con ellos, durante los 14 días que marca la cuarentena. Son medidas necesarias por el aumento de este tráfico.

También, el presidente Moreno ha llamado la atención al Presidente del Gobierno sobre el riesgo de la operación de este año en lo que respecta a los viajeros que he llamado "legales", que vienen en sus vehículos. Los que vivimos en la provincia de Cádiz nos cruzamos con ellos o le adelantamos, en la autovía de Jerez- Los Barrios, con el coche repleto de ocupantes y la vaca colmada de enseres. Moreno pide que la entrada sea ordenada y planificada. No ha dicho que prohibirá la entrada en Andalucía de estos viajeros, porque no entra en sus competencias, sino que se dirige a la autoridad competente, que es el susodicho presidente. Acaba de emitir su informe el forense del Juzgado de Madrid que señala que el contagio del virus se produce en aglomeraciones y la entrada masiva (y luego, la salida) de tres millones de personas, que paran en lugares de descanso y embarcan en puertos andaluces, tiene que preocupar a nuestras autoridades.

Esa propuesta del presidente de la Junta ha desencadenado un aluvión de críticas, como si hubiere ordenado la cancelación de la operación Paso del Estrecho, cuando lo que propone es una "desescalada progresiva, segura". Las críticas no tiene nada de originales y se hacen en el lenguaje de crispación de hoy: "racismo", "odio al pobre", "el principito que vino de juerga y trajo el virus". Para qué seguir; para salir de esta crisis, hará falta algo más.

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